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Amemos como Jesús nos amas





“La señal por la que conocerán 
que sois discípulos míos, 
será que os amáis unos a otros” 
(Jn 13,35)

Amar es muy bonito y da felicidad...
a veces, cuando el otro
te lo agradece,
cuando el otro te cae bien,
cuando los demás lo saben
y te aplauden.

Amar a veces es muy difícil.

Cuesta rezar por los que te crucifican,
cuesta perdonar a los enemigos,
cuesta seguir amando cuando
el amor se gasta, se hace rutina, envejece.

Así amas tú, Jesús.

Y ahora nos mandas
que nos amemos unos a otros
como tú nos amas.

Parece que pidas un imposible,
pero tú estás con nosotros
para siempre y nos comunicas tu Espíritu.

Por eso, si somos tus discípulos,
llegamos a hacer las obras que tú haces.

Y así el mundo va caminando
hacia el orden y la plenitud
para los cuales fue creado.

Así un día Dios será todo en todos.

 “El día de descanso, cuyo centro es la eucaristía, 
derrama su luz sobre la semana entera 
y nos motiva a incorporar el cuidado de la naturaleza 
y de los pobres” (LS 237).   

¿Cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del medio ambiente y en los sufrimientos de los excluidos? 
‘Quiero invitarles a estar en primera línea, 
a primerear en todas las iniciativas 
que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana 
una tierra de oportunidad. 
Donde no haya necesidad de emigrar para soñar; 
donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación 
y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos’ (Palabras del Papa Francisco a los católicos mexicanos).

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