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Señor, cuenta con nosotros




“Id al mundo entero 
y proclamad el Evangelio 
a toda la creación” 
(Mc 16,15)     

Las lecturas de la fiesta de san Marcos hablan de dos temas típicamente pascuales: el envío misionero (evangelio) y la construcción de la comunidad, de la que Pedro (primera lectura) es un representante. 
No puede haber misión si primero no hay comunidad. 
Todos los envíos misioneros de que habla el Nuevo Testamento parten de una comunidad donde se acoge la Palabra y el Espíritu empuja a salir. 
Comunidad y misión se alimentan mutuamente. 

 Gracias Padre, 
 porque Jesús nos confía su misión 
 y quiere necesitar nuestra inteligencia 
y nuestro corazón, 
nuestras manos, nuestros labios, nuestros pies, 
nuestro tiempo, 
al servicio de su buena nueva de salvación 
y de amor al hombre.
No permitas, Señor, 
que nos cerremos en la comodidad, 
en la apatía, en el egoísmo, 
en la falta de fe en definitiva. 
Llénanos de la fuerza del Espíritu, 
y cuenta con nosotros. 
Amén. 

- Haz, Señor, que la comunidad eclesial acoja de tal modo tu palabra que se sienta siempre llamada a anunciarla por todas partes. 

“Lo que el Evangelio nos enseña tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir” (LS 16).    

 La creación se resiste a ser dejada atrás por el hombre. 
En muchos casos ejerce la desobediencia pacífica. 
A pesar de nosotros, su resistencia nos recuerda que está ahí, esperando que nos maravillemos por tantas señales de vida. 
La creación recibe el mandato de Jesús de anunciarnos el Evangelio de la grandiosidad del canto de un mirlo, de la laboriosidad de una hormiga, de la fuerza del viento, del oleaje del mar. 
Cada mañana la creación de Dios siembra semillas en nuestros corazones para que cambiemos de mentalidad.

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