Ir al contenido principal

Canta con María las maravillas de Jesús




“Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo” 
(Lc 1,31)
 El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. 
María, Madre de todos, siempre caminó movida por el Espíritu Santo. 
Escuchó las promesas. 
Se atrevió a decir Sí. 
En Ella se encarnó Jesús.  
El Espíritu te lleva a mirar a María. 
En Ella y con Ella, te hace las más hermosas propuestas para tu vida. 
Canta con Ella las maravillas de Jesús. 
En medio de la oscuridad comienza algo nuevo.   
Espíritu Santo, transfórmanos el corazón, envíanos a un fuerte compromiso social y misionero. 
Gracias por hacer de nuestro corazón una casa abierta para muchos.

“Pedimos a María que nos ayude a mirar este mundo con ojos más sabios” (LS 241). 

“San José también puede enseñarnos a cuidar, puede motivarnos a trabajar con generosidad y ternura para proteger este mundo que Dios nos ha confiado” (LS 242). 
 
¿Por qué comprometernos con un mundo más justo, donde los pobres tengan voz y puedan disfrutar de dignidad propia? 
¿Quién nos regalará la sabiduría de mirar el mundo con nuevos ojos? 
El Espíritu de la Pascua puede hacerlo. 
Él tiene el arte de concebir en nosotros una nueva manera de concebir la vida. 
El Espíritu de Cristo Resucitado endereza nuestros pasos hacia la simplicidad del corazón, hacia el amor que nos reúne en una casa común y nos unifica en la mirada fraterna.

MARÍA, hija predilecta de Dios-Padre,
y que esperaste, con fe sencilla y profunda,
que ese tu Dios llevara a cabo su plan de salvación.
Y, además, no te importó convertirte en su “sierva feliz”,
porque te sentías segura de sus proyectos.

Concédenos, Madre, admirarte como hijos enamorados
e imitarte en tus actitudes de vida,
seguros  de que podremos experimentar
los gozos y las alegrías que tú misma viviste,
y que, seguro, tú deseas que tengamos la suerte de disfrutarlas,
para que caminemos en la vida
con la seguridad que nace de esa experiencia,
y hacemos nuestro la FIESTA del SÍ
que tú la viviste de forma tan profunda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...