Ser compañeros de Jesús
“Jesús mientras
subía a la montaña,
fue llamando a los que él quiso,
y se fueron con él”
(Mc 3,13).
Jesús nos habla llamándonos por nuestro nombre
y nos hace
compañeros de su tarea
a personas que por oficio y mentalidad
son de extracción
diversa.
Lo importante es aprender a convivir con Jesús;
de ahí
arrancará la misión.
Estar en compañía de Jesús
y ser anunciadores de la
llegada del Reino:
eso no vale sólo para el grupo de los doce,
sino para
cuantos queremos ser discípulos.
Ser compañeros de Jesús es compartir con él la amistad,
los sentimientos, los anhelos más profundos,
la familiaridad con el Padre
y el
amor entrañable a cada persona.
Si escuchas la voz de Jesús,
brotará en ti una capacidad
de amar
a los que antes no eran de los tuyos.
Si sigue a Jesús aprenderás a vivir en libertad
y a
entregar la vida por los caminos.
Anunciar la llegada del Reino
no debería ser sino
irradiar lo que vamos aprendiendo
en el contacto diario con Jesús.
Orar es escuchar la palabra de Jesús
y seguirle de
cerca para aprender a vivir en libertad
y entrega de la vida.
“Déjame escuchar tu voz,
Amado mío,
porque es muy
dulce tu voz” (Cantares).
--- Hoy Jesús nos convoca a todos nosotros,
indistintamente,
aunque a algunos les da tareas especiales
para edificar su
Iglesia.
Sin embargo, todos compartimos la misma misión.
- Gracias, Señor,
- Gracias, Señor,
por habernos llamado a ser tus discípulos.
Que nuestra
vida sea anuncio del Reino de Dios.
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