“A vino nuevo, odres
nuevos” (Mc 2, 22).
El mensaje de Jesús no es un remiendo
para arreglar el paño
consumido;
es un vino que no pueden contener las viejas instituciones.
La nueva comunidad que surge en torno a Jesús
no se
construye sobre una disciplina de normas,
sino sobre la libertad y amistad
que
día a día Él regala a sus discípulos.
Viven con él una relación de amigos.
Jesús es el Novio que
sella la Alianza para siempre
entre Dios y la toda la humanidad.
Si te encuentras con Jesús
te nacerá un nuevo gusto por la
vida,
la belleza de lo pequeño te estremecerá.
A Jesús le importa:
La alegría de su compañía.
La alegría de la novedad del Evangelio.
La alegría de sentirlo a El mismo
La alegría de su compañía.
La alegría de la novedad del Evangelio.
La alegría de sentirlo a El mismo
como la razón de nuestra alegría.
Si creemos en Él,
el
amor con que Dios nos ama
será fuente de renovación constante para nuestras
vidas.
Acerquémonos a tantos hermanos privados de dignidad
para que sientan el calor de nuestra presencia,
de nuestra amistad y de la
fraternidad.
Orar es estrenar
la vida junto a Jesús
con la paz y la solidaridad en las manos y en el corazón.
- ¡Señor Jesús, llena a tu Iglesia
y a cada uno de tus
hermanos y hermanas
con el gozo de tu presencia!
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