Que tu Palabra, Señor, vaya transformándonos cada día.
“Convertíos porque
está cerca el reino de los cielos”
(Mt 4,17)
Escuchamos la primera predicación pública de Jesús.
El arresto de Juan ha sido el momento escogido:
la
palabra de Dios no puede estar encarcelada,
siempre debe haber profetas
que la
comuniquen al pueblo.
La predicación del Evangelio
es luz entre las tinieblas,
llamada a la conversión,
buena noticia de salud y salvación,
liberación del mal
y convocación de un pueblo
de todo tipo de personas
que nos disponemos a seguir
a Jesús
y a acoger el Reino de los Cielos.
La conversión es una mirada
al que nos hace buenos.
La conversión es don antes que tarea.
Jesús y el Reino
toman siempre la iniciativa.
Como los pájaros abren sus picos
para respirar el aire
fresco,
respira y vive hoy al aire del Espíritu
y Él te meterá en
la aventura del Reino de Jesús.
En ti pongo mis ojos.
Como la tierra endurecida por el hielo
espera humilde que venga a ella el sol,
así espero cada día tu Reino, Señor.
- Haznos receptivos a tu Palabra,
Señor.
Y que ella
vaya transformándonos cada día.
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