Sol que nace de lo alto.

 


"Irás delante del Señor a preparar sus caminos"
 
(Lc 1,67-79)

El Adviento nos llama a bendecir a Dios por su fidelidad, a reconocer la luz de Cristo en nuestras sombras y a prepararnos para recibirlo cada día como amanecer de misericordia, libertad y paz. En víspera de Navidad, abramos la puerta del corazón: Dios viene a habitar entre nosotros y a guiarnos con su luz, su amor y su paz.


Nuestro Dios visita a su pueblo, nos redime, es la salvación que nos libra de nuestros enemigos, de aquello que no nos deja ser quien somos. El nacimiento del Hijo de Dios, 'el sol que nace de lo alto', es alianza definitiva de amor y misericordia entre Él y nosotros. Viene a iluminar las tinieblas, a quitar el miedo, a acabar con la muerte, a guiarnos los pasos de los hombres y mujeres por el camino de la paz


"Irás delante del Señor a preparar sus caminos"
La misión del precursor, de Juan Bautista, tiene que ver con el compromiso de fe de todo bautizado: ir delante del Señor para preparar sus caminos. Cuando se realiza esa misión se cumple con sencillez lo más elemental de una evangelización misionera, y con ella, estamos anticipando el amanecer.  Que esta Navidad y toda la vida sea construir la paz en un mundo cada vez más dividido, donde todos parecen enemigos nuestros y nosotros de ellos, donde no se habla y la vida no tiene valor. No nos cansemos de caminar en paz.

Hoy, en Nochebuena, la luz de Dios está a punto de brillar en medio de la noche. Que su esperanza nos prepare el corazón para recibir al Niño que hemos esperado durante todo el Adviento y nos impulse a vivir con alegría y generosidad.

 


"Es la salvación"
Hoy viene a ofrecerte paz, sanación, perdón, misericordia, alivio, alegría... Hoy va a nacer. Y va a nacer por ti y hacerte el mayor de los regalos: su propia vida. ¿Estás preparado para recibirlo?

 Señor, bendito seas por la salvación que nos has traído. 
Gracias por enviar a Jesús 
y a Juan Bautista  para preparar el camino. Que mi vida sea un testimonio de tu salvación y un cántico constante de gratitud y alabanza.  “Cantaré eternamente las misericordias del Señor” Espíritu Santo, guíanos por caminos de justicia y paz,  y fortalece nuestra fe  para preparar con amor la venida del Salvador. Señor, ilumina mi vida con tu misericordia  y guíame siempre por el camino de la paz.   Que así sea, Señor, cada día de mi vida.  Y hoy, ahora, especialmente.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Santa Teresa de Calcuta

La familia según el papa Francisco