Todo es fácil.
Los problemas no se desvanecen, pero cambian de peso cuando Cristo camina a nuestro lado. No pidamos menos carga: pidamos hombros fuertes y paz para llevarla.
En Adviento recordamos que el descanso y la paz solo se encuentran en el Señor, en cuyo corazón hallamos alivio, alegría y esperanza.
En estas fechas de final de año se acumulan los compromisos, se aprietan las agendas, y hay días que nos dejan exhaustos. En tus manos, Señor.
Hazme aprender de tu mansedumbre y humildad, para que mi vida se llene de paz y esperanza.
«Venid a mí todos los que estáis cansados» Cuando en la vida no encuentras respuesta en lo que estás haciendo, no sientes apoyo en tu esfuerzo, la soledad llena nuestro interior y parece que no respiras, entonces él es quien nos da la paz y fuerza en el camino, aliviando el dolor.
El cansancio y el agobio forman parte de nuestra existencia. El único alivio y descanso lo encontramos en Jesús. En su yugo llevadero y su carga ligera. En él todos nuestros afanes encuentran sentido. En él nuestros cansancios, vida.
Jesús nos recuerda el cansancio que nace de la entrega, que es un cansancio feliz. Y hay un cansancio más profundo, más hondo. El que nace de no aguantarnos, de no entender la vida. Ese cansancio de vivir todo solos, como un reto, como desgastarnos para que las cosas salgan, pero dañando. Jesús nos ofrece su compañía y nos da el alivio con su paz y alegría.
Ser humildes y sencillos para acudir a Él y pedirle ayuda
para no sentir soledad en nuestro proyecto. Será en Él donde encontremos
descanso, no busquemos a nadie más. Tenemos que acudir a Él, nos espera, nos lo
pide. "Venid a mí".
En Él podremos descansar, con Él continuaremos el camino, por Él seguiremos construyendo el reino de Dios.
Pocas veces reparamos en el alivio y serenidad que encontramos en el Señor. Más bien acentuamos las renuncias y dificultades que viven sus seguidores. Por eso, qué importante resulta oírle decir:
"mi yugo es llevadero y mi carga ligera".Si él nos acompaña, todo es fácil.
Una vez más, porque el cansancio y el agotamiento no terminan de minar a tantas personas, pongo en tus manos a todas las personas que están cansadas y agobiadas.
Señor. concédeme la paz y la fortaleza necesarias para seguir adelante confiando plenamente en tu amor.




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