Ir al contenido principal

El Señor nos deja tarea a realizar





La Ascensión es la última aparición de Jesús resucitado a sus discípulos. 
A partir de ese momento, ya no podrán ver con los ojos de la carne al Maestro.  
Comienza el tiempo de la misión de la Iglesia, una misión que todos debemos considerar como nuestra: 
“Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”.
Ante las dificultades que surjan, Jesús no nos deja solos: “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días”

Hay que prepararse para recibir la fuerza de lo alto, para acoger al Espíritu Santo, para celebrar la fiesta de Pentecostés. 
  
¡Que tarea nos dejas, Señor!
¿Por qué desapareces tan inesperadamente 
sabiendo que nos dejas huérfanos, Señor? 
¿Quién pronunciará las palabras certeras 
cuando, a nuestro lado, venza la confusión o la mentira?
¿Quién proporcionará el pan multiplicado
cuando el hombre, además de tu presencia,
nos exija el sustento de cada día?
¿Quién calmará los dolores de los enfermos?
¿Quién resucitará a los que, de improviso,
han muerto y estaban llamados a la vida?

¡Qué tarea nos dejas, Señor!
Te vas al cielo y, mirando a nuestro alrededor,
sentimos que nos va a faltar tu mano,
que tus huellas se difuminarán
como el agua del mar elimina las de la arena

¡Qué tarea nos dejas, Señor!
Proclamar tu  mensaje
cuando, los oídos de los más cercanos,
están dispuestos para todo…menos para Ti
Llevar tu  Palabra
cuando, los que saben leer entre líneas,
prefieren voces sin compromiso ni verdad
reclaman señales con sabor a tierra
y no pregones con promesas de eternidad

¡Qué tarea nos dejas, Señor!
Vivir, según Tú viviste
Amar, como Tú amaste
Orar, como Tú rezaste
Perdonar, como Tú perdonaste
Sentir a Dios Padre
como Tú, Señor, sólo lo hiciste

¡Qué tarea nos dejas, Señor!
Te vas al cielo, al encuentro con el Padre
sabiendo que, aún con muchas debilidades,
intentaremos sostener tu obra aquí iniciada
¡Vete, Señor! ¡Pero no nos abandones!
Vete, Señor, y ojala pronto vuelvas
a culminar Reino que no acaba aquí en esta tierra.
Amén.
Javier leoz

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...