ENCARNACIÓN: DIOS ASUME LA CONDICIÓN HUMANA PARA SANARLA

"... La salvación aportada por Dios, hecho carne en Jesús de Nazaret, atañe al hombre en su realidad concreta y en cualquier situación en la que se encuentre. Dios ha asumido la condición humana para sanarla de todo lo que la separa de Él, para que podamos llamarlo, en su Hijo unigénito, con el nombre de 'Abba, Padre' y ser verdaderamente hijos de Dios."

"... En aquella noche santa, Dios haciéndose carne, quiso ser un regalo para los hombres; (..) tomó nuestra humanidad para darnos su divinidad. Este es el gran don (...) Podemos encontrar aquí nuestro modelo de dar, para que nuestras relaciones, sobre todo las más importantes, estén guiadas por la gratuidad y el amor”.

"...Sólo en Jesús se revela plenamente el proyecto de Dios sobre el ser humano: Él es el hombre definitivo según quiso Dios”.

“Es importante, por eso, recuperar el estupor ante ese misterio, dejarnos envolver por la grandeza de ese acontecimiento: Dios ha recorrido como hombre nuestros caminos, entrando en el tiempo del hombre, para comunicarnos su misma vida. Y no lo ha hecho con el esplendor de un soberano, que somete con su poder al mundo, sino con la humildad de un niño”.

“En ese niño, en el Hijo de Dios contemplado en Navidad podemos reconocer el verdadero rostro, no sólo de Dios, sino también del ser humano; y sólo abriéndonos a la acción de su gracia y tratando de seguirlo día tras día, realizaremos el proyecto de Dios para nosotros”.
 

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