"si quieres, puedes limpiarme"
¡Maestro límpianos el corazón!
Reconocer que no estamos limpios, precisa una gran dosis
de autoconocimiento, cantidad de deseos de cambiar, y sobre todo, no mirar para
otro lado.
Si no hay humildad para ver la suciedad, y deseo de limpiarla, no puede hacer nada, ni Dios mismo.
'Quiero,
queda limpio'
Deja atrás tus miedos, suéltalos.
Abre tus ojos y mira a tu alrededor para dar gracias.
Coge la mano del otro y construye fraternidad.
Sal de tus escondites, de tus comodidades y anuncia la Buena Noticia...
A veces, tan solo necesitamos que alguien nos diga:
“tranquilo, todo irá bien” mientras nos mira a los ojos.
La vida es así, más sencilla de lo parece
La voluntad de Jesús hacia nosotros es siempre la de liberarnos de nuestros
pecados; pero respeta nuestra libertad, esperando que se lo pidamos con fe.
Un nuevo rostro de Dios:
Misericordioso y compasivo.
¿Cómo es mi imagen de Dios?
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