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Mostrando entradas de junio, 2019

Te seguiré

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“T Tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te seguiré  adonde quiera que vayas”   (Lc 9, 51-62). El seguimiento de Jesús es siempre nuevo, una aventura de amor que nos exige renunciar a nuestras propias ideas o proyectos preconcebidos y a dejarnos conducir y sorprender cada día por su Espíritu. Siempre hay excusas para posponer el evangelio. «Aún no». «Así no». «Yo a mi modo». «Es que me gustaría, pero… » Y tú, paciente, esperando, mientras yo gasto el tiempo en batallas absurdas. Maestro, te seguiré adonde vayas; Maestro, dedicaré un tiempo cada día a estar contigo; Maestro, me gustaría comprometerme con una buena causa; Maestro, voy a compartir una parte de mi dinero; Maestro, quiero seguir el camino que Tú me señalas: Maestro, lo que más quiero en esta vida es ... Pero, Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre; déjame terminar primero la carrera o la oposición; déjame criar primero a mis hijos; déjame pagar primero la hipoteca; déjame

Pilares

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“Tú eres Pedro,  y te daré las llaves  del reino de los cielos”.   Mt 16, 13-19. Hoy, San Pedro y San Pablo , un día en el que celebramos la comunión eclesial.   Caín y Abel, siendo hermanos, por el pecado, se dividen; mientras que Pedro y Pablo, siendo opuestos, por el Espíritu Santo, son hermanos. La Piedra de la Iglesia es frágil, vulnerable, débil, pero fortalecida, asentada y cimentada en la Palabra y en la promesa de Dios. Solemnidad De San Pedro y San Pablo.   Un recuerdo y oración por el Papa Francisco. Los   Santos Pedro y Pablo fueron transparentes ante Dios. Durante su vida mantuvieron esta humildad hasta el final: comprendieron que la santidad no consiste en enaltecerse, sino en abajarse. San Pedro y san Pablo, apóstoles y columnas de la Iglesia. Los dos fueron llamados por el Señor; los dos reconocieron su debilidad y su pecado; los dos, llenos de Espíritu Santo, anunciaron el Evangelio a los pueblos gentiles y entregaron su vida

Corazón

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"Habrá más alegría en el cielo  por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos  que no necesitan convertirse"   (Lc 15, 3-7) La fiesta del sagrado corazón de Jesús celebra a un Dios que llora y ríe. A este Dios pastor, cuando se le descarrió el hombre, se le salió el corazón del pecho en busca de su oveja perdida. El Hijo, inflamado por el Espíritu, es el corazón de Dios. Y, habiendo salido del pecho de la Trinidad, se hizo hombre, y adoptó un corazón humano, capaz de reír y llorar. "Venid a mí los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré..." Cuánta falta nos hace ese descanso, ese alivio. Descansar en la misericordia de Dios, en el corazón compasivo de Jesús que acoge, consuela y libera. Cuánta falta nos hace a todos parar, silenciar, agradecer. Es tiempo de darnos un baño en el amor de Dios. En el agua viva de su Palabra, en el manantial de misericordia de su sagrado corazón. Es hora de refresc

Sobre roca

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"No todo el que me dice  «Señor, Señor»  entrará en el Reino de los Cielos,  sino el que cumple  la voluntad de mi Padre".   (Mt 7, 21-29) El amor mejor ponerlo en los hechos que en las palabras. Bienaventurado el que escucha la Palabra de Cristo y la pone en práctica, construirá su vida sobre base sólida. Bienaventurado el que haya tomado el camino de la vida sin otro equipaje que su confianza y esperanza en Dios, será fuerte, le irá bien, saldrá victorioso de las pruebas y vivirá feliz. Edifiquemos nuestra vida sobre la Roca, que es Cristo, para permanecer firmes en la fe a pesar de las tribulaciones, y no sobre las arenas de la mentalidad mundana y relativista que nos vuelve caprichosos y egoístas. EDIFICAR LA VIDA SOBRE ROCA Sobre la verdad y la honestidad. Sobre el perdón y la humildad. Sobre Roca. Sobre la entrega y la acogida.   Sobre la alegría y la vida. Sobre Roca. Sobre la misericordia y la caridad.   Sobre

Frutos buenos

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"Todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos" (Mt 7, 15-20) Siembra el bien que brota de un corazón orientado hacia Dios. Siembra y aprende a esperar, como el labrador que trabaja su tierra y aguarda paciente el tiempo de la cosecha. No conocemos los tiempos de Dios. Solo nos toca hacer nuestra parte. El hará que demos fruto a su tiempo. En la vida cristiana es fundamental el discernimiento, para reconocer lo que viene de Dios y lo que no, las intenciones del corazón, los frutos buenos y los que no lo son. ¡Si Cristo es nuestra savia nuestros frutos no pueden ser de mejor calidad! POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS No por sus buenas ideas o por sus declaraciones de intenciones. No por su exquisita formación o sus atractivas programaciones. No por su ruin dinero o por su maldita pobreza. No por sus bonitas palabras o sus exquisitos modales. “Por sus frutos los conoceréis”.   La Virgen María, “fruto bendit

Haz lo mismo con los demás.

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“Tratad a los demás  como queréis que ellos os traten”   (Mt 7,12-14)     Amar al prójimo como a uno mismo. Tratar al otro como te gustaría ser tratado... Es necesaria una sana autoestima para poder valorar a los demás, para amar y amarnos como Dios nos ama. La ternura, la compasión, la misericordia, la paciencia, también con nuestra propia fragilidad. "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten". Si te gusta que te traten bien, te respeten, hablen bien de ti, valoren lo que haces... haz lo mismo con los demás. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Pero entrad por la puerta estrecha, seguid el camino angosto. Por ellos llegaréis a plenitud.  La cruz es la "puerta estrecha", la verdadera sabiduría, que nos introduce en los secretos del Reino; el lugar del encuentro íntimo con el Amado; la experiencia definitiva de su amor por nosotros. Jesús es el Camino Jesús es la P

Señalar

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"A Isabel se le cumplió  el tiempo del parto  y dio a luz un hijo"   (Lc 1, 57-66. 80) Hoy es la fiesta de San Juan Bautista, tan humilde que no se sentía digno de desatar las sandalias del Señor y que nos sigue invitando a allanar los senderos. Hoy siguen haciendo falta profetas que señalen el camino hacia Dios. Todos nosotros llevamos, por el bautismo, la misión de Juan: señalar a los demás donde encontrar a Jesús, no solo con palabras, sino con nuestro estilo de vida, con nuestras opciones, con la radicalidad de nuestra fe y la fidelidad al Evangelio. Que la festividad de hoy, celebrando la esperanza que nace con un niño, nos lleve a comprender que Dios elije lo más escondido, lo más frágil, lo más pequeño para preparar su llegada. La humildad nos permite reconocer la presencia y la acción del Espíritu Santo -incluso en los acontecimientos cotidianos-, y bendecir al Señor por su gran misericordia. Señor y Dios mío, tú siempre has el

Soy custodia

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"Dadles vosotros de comer"   (Lc 9, 11b-17) Dios nuestro, Bueno y Misericordioso, te damos Gracias porque Tú siempre te preocupas por todos nosotros, nos cuidas y sanas a quienes lo necesitan. Gracias, porque Tú hoy nos recuerdas la importancia de ser generosos y lo necesario que es compartir para que nadie pase hambre y todos queden saciados, si lo necesitan. Ayúdanos siempre, Dios nuestro, a saber compartir con todos lo que somos y lo que tenemos; y no permitas nunca que nosotros permanezcamos pasivos ante el dolor o cualquier tipo de sufrimiento ajeno, ni ante las necesidades de cada hermano. Te damos Gracias por el Pan Fraterno que Tú nos entregas en cada Eucaristía, y que es todo tu Amor manifestado en el Pan Divino que alimenta nuestra alma, transformando y mejorando nuestro corazón al recibir el don y regalo de la Eucaristía. Dios Misericordioso, haz que al recibirte a Ti mediante el Pan y el Vino de cada Eucaristía, tu Amo

Busca a Dios

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"No estéis agobiados  por vuestra vida  pensando qué vais a comer,  ni por vuestro cuerpo  pensando con qué os vais a vestir" (Mt 6, 24-34) Este Evangelio no es un canto a la despreocupación sino es el alegato más maravillo a vivir confiando plenamente en Dios que cuida de todo lo creado. A nosotros nos toca vivir esa serenidad ante la vida, ante los problemas y dificultades, ante las relaciones con los demás. A trabajar pero sin inquietud ni agobios, a vivir cada día y a no acumular más afanes y preocupaciones que los que el día te presente.  Pienso hoy en tantos agobios que no valen nada, nada. ¿Podrías repetírmelo, Señor? ¿Recordarme que vale más la vida? Sin agobios, descargando lastre en Ti, vivir buscando Tu Reino... eso basta. El amor al dinero multiplica las preocupaciones, los agobios, los miedos... y nos vuelve orgullosos. El amor al Padre nos devuelve la paz, la confianza, la alegría... y nos hace humildes. El contr

El tesoro

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"No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra...  haceos tesoros en el cielo"  (Mt 6, 19-23) Lo que llena nuestro corazón, lo queramos o no, es lo que da sentido a nuestra vida. La cuestión es de qué llenamos nuestro corazón. Hay tesoros que atrapan la vida y no llenan el corazón. Hoy me dejaré preguntar por Ti ¿Dónde está mi tesoro? Pidamos al Señor el don del discernimiento, para conocer su voluntad y poner el corazón sólo en Él, el tesoro verdadero, que no perece ni se corrompe. Padre Celestial que no enseñas que los verdaderos tesoros los debemos tener en el cielo donde nada lo corroe, ni lo pueden robar, que en esta tierra seamos ricos en lo que damos cada día. La pureza de intención es necesaria para que nuestras obras tengan valor ante Dios. Y Él nos dará nuestro justo pago por esas buenas acciones. Nada de lo que hagamos quedará sin recompensa. Sea bueno o malo. Y esa recompensa la recibiremos sea aquí en la tier

"Oración del cristiano"

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"Vuestro Padre  sabe lo que os hace falta  antes de que lo pidáis"   (Mt 6, 7-15) Orar es respirar. Ser consciente del hilo que nos une a la Vida. Agradecer y confiar en ese Dios que es Amor. Con distinta intensidad forma, duración, situación... Pero siempre mirar y ser mirado. Escuchar y ser escuchado. Un padrenuestro, besar la cruz, cantar, pedir, adorar... ¿Cómo oramos a Dios? ¿Cómo tendríamos que orar? ¿Cómo quiere Dios que oremos? Orar no es decir palabras para que Dios escuche. Orar no es decir un mar de palabras, por si Dios no ha escuchado. Orar no es decirle a Dios lo que él ya sabe de memoria. ¿A caso Dios no sabe las necesidades de sus hijos? ¿A caso a Dios hay que recordarle las cosas porque padece de amnesia? En la oración del Padrenuestro caben todos nuestros sueños, necesidades e intenciones, y también todo lo que el Padre quiere concedernos, para que experimentemos en nosotros y en la Iglesia la vida nueva en Crist

Delante de Dios

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“Cuidad de no practicar  vuestra justicia  delante de los hombres  para ser vistos por ellos”   (Mt 6, 1-6.16-18 ) El postureo no es nada nuevo. Jesús ya advertía acerca de él 21 siglos atrás En un mundo donde triunfan la imagen y la apariencia, valorar los pequeños gestos que pasan desaparecidos se convierte en algo contracultural. En lo secreto. En lo escondido. En lo humilde. En la intimidad más honda de tu ser es donde Dios fija su mirada y escucha tu oración. De nada valen las apariencias ante quien nos conoce más que nosotros mismos. Y el amor es el que da valor a cada pequeño gesto. ¡Dichoso el que obra en verdad! Dichoso el que vive su fe no de cara a los hombres, buscando siempre la recompensa, el reconocimiento, la palmadita en la espaldas del responsable de turno, sino de cara a Dios, que ve en lo escondido y nos lo premiará ¡La fe es intimidad! Lo que Jesús quiere y anuncia es que: Vivamos en la verdad. Pensemos c

¿Lo entendemos?, ¿lo aceptamos?, ¿lo vivimos?

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"Amad a vuestros enemigos, haced el bien  y orad por los que os persiguen"  (Mt 5, 43-48) Él amó y perdonó hasta en la cruz. Me fiaré de Tu Palabra, de Tu propuesta para amar...   Me fiaré que sólo así cambiará el mundo. Pero, ¿cómo ser santo hoy, en mi sociedad? ¿Cómo llegar a Dios en el ambiente en que vivo? La forma más fácil es imitando al mismo Dios que es amor (1 Jn 4, 8). Amando como auténtico cristiano a mi prójimo que es el vecino, el compañero de estudios o trabajo. Una nueva forma de ver al enemigo, que ya no se basa en el odio. ¿Somos capaces o somos demasiado humanos para dar ese paso? El amor al enemigo caracteriza al discípulo de Jesús, al hombre libre, redimido y transformado por su gracia. Nosotros “somos hijos del Padre celestial”. Nosotros “llamados a ser perfectos como el Padre”. El Padre ha derramado su amor a rebosar en nuestros corazones. Y Jesús se toma el atrevimiento de decirnos “amaos como yo os he