Contigo
"El Reino de Dios ha llegado a vosotros". (Lc11,15-26). Tergiversar el sentido de las cosas no es nuevo en el ámbito de la fe. Las autoridades religiosas veían en Jesús al príncipe de los demonios. Pero eso no le arredraría si estaba en juego la salvación de una persona. Su actuar con el dedo de Dios está gritando que el reino de Dios ha llegado. En muchas ocasiones se nos presenta en el Evangelio a un Jesús cuestionado y bajo sospecha. Cuantos prejuicios y críticas sufrió de quienes le miraban bajo sospecha. El miedo a lo diferente también nos hace a nosotros sospechar y rechazar todo aquello que no encaja con nuestros gustos y criterios. Y nos perdemos mucha vida y mucho reino por no acoger. El reino está ya entre nosotros cuando abrazamos la realidad que nos envuelve y reconocemos que Dios vive en ella. Jesús nos invita al discernimiento. Distinguir la acción de Belzebú del dedo de Dios. Descubrir los signos el reino de Dios y no pedir pruebas extraordinarias. L