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Mostrando entradas de diciembre, 2019

De la mano de Jesús

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«En el principio existía el Verbo,  y el Verbo estaba junto a Dios,  y el Verbo era Dios»  (Jn 1, 1-18) Termina un año y llega el momento de hacer balances. Quizás las cuentas no cuadren, pero en cualquier caso estamos invitados a alabar y agradecer al Señor, porque "todo contribuye al bien de los que aman a Dios". ¡Esta es además la mejor manera de recibir el año nuevo! Termina el año de la mano de Jesús. Acabar el año es cerrar un ciclo y prepararse para abrir otro. Nada va a cambiar entre nochevieja y año nuevo si no se acogen con gratitud, con novedad y asombro los rayos de sol del primer amanecer.  Si no sentimos que cada día es una oportunidad para renovar la vida. Estamos llamados al silencio, la palabra, la vida, la luz. No vivas del ruido, la incomunicación, la muerte ni las tinieblas. Ni dejes que otros lo hagan. Como Juan Bautista en su tiempo, eres testigo de la luz. Que en el año que comienza podamos avanzar en este camino

«Servía día y noche.»

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Ana, la profetisa,  hablaba del niño  a todos los que aguardaban  la liberación de Jerusalén   Lc 2, 36-40 Ana, anciana y viuda, reconoce en Jesús al Mesías esperado, al definitivo liberador del pueblo, al verdadero Esposo de Israel. El anuncio de Ana es de liberación, está cargado de esperanza para todos los que la han perdido... Liberación de aquello que no nos deja ser a lo que estamos llamados, de lo que nos tiene menguados en nuestra dignidad No se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios. Este es el elogio que se hace de esa buena mujer. Su larga carrera en este mundo se sintetiza en eso, como en suprema sabiduría:  «Servía día y noche.» Como alguna vez dirás Tú, Señor Jesús, de Ti mismo que no habías venido a ser servido, sino a servir. ¡Qué dichoso es el que hace otro tanto! Cada vez admiro más a aquellas mujeres y hombres mayores que, como la profetisa Ana, han mantenido una fe sencilla pero recia, y una confianza en el Di

Una familia

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«José se levantó,  tomó al niño y a su madre,  de noche, se fue a Egipto  y se quedó  hasta la muerte de Herodes»   (Mt 2, 13-15. 19-23.) Inmediatamente después de Navidad, Jesús, nacido por nosotros, nos invita al pesebre para que contemplemos a la Sagrada Familia con cariño pero también con gran realismo y nos dispongamos a imitar en nuestras familias su capacidad para enfrentar el sufrimiento y los problemas. ¡Cuántas lecciones me das Jesús con tu vida escondida en Nazaret! En ella compartiste la condición de la inmensa mayoría de los hombres: una vida cotidiana sin aparente importancia, vida de trabajo manual, vida sometida a la ley de Dios, vida en familia. Nazaret es el lugar de lo cotidiano, lo habitual, lo discreto. No sucede nada extraordinario. Es la vida familiar sin ruidos, sin acontecimientos llamativos. Nazaret nos invita a vivir en la sencillez, el silencio y la escucha En familia se aprende a amar, a perdonar, a compartir. A

Los inocentes

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“Herodes mató  a todos los niños en Belén”   (Mt 2, 13-18) Como María, José y el Niño muchos tienen que huir de sus tierras porque son perseguidos. Son los Santos Inocentes del siglo XXI. Seamos refugio y hogar para ellos. La crueldad tiene muchos matices. La muerte despiadada de inocentes por no conseguir una meta. Y las muertes sutiles y delicadas por la omisión, la indiferencia, la lejanía o la simple cobardía.  Podemos matar despiadadamente, sin que haya sangre. Es el día de los inocentes, de los que murieron entonces y de los que mueren hoy. De los que no pueden defenderse en la vida, de los que no tienen voz. De los que tienen un corazón limpio y no han olvidado la sencillez y las ganas de descubrir la bondad en el corazón del hombre. Felicidades si todavía te asomas a la vida con la mirada de un niño. Si sigues apostando por el amor a pesar de la negatividad que te rodea. Si pones paz donde hay violencia. La inocen

Vió, y creyó

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“El otro discípulo  corría más que Pedro;  se adelantó  y llegó primero  al sepulcro”   (Jn 20, 1-8) Hoy, tras el mártir Estebán, la memoria del evangelista (amigo y testigo) para recordarnos que a cada uno nos toca ser transmisores de esa Palabra que plantó su tienda entre nosotros. Ser discípulo amado de Jesús es ser experto en navidades. Sabremos descubrir los signos de Jesús resucitado e interpretar los rumores de Resurrección. Donde los demás ven contraindicaciones, nosotros veremos síntomas, huellas, signos. Donde otros veían un robo, el discípulo amado vio y creyó. Jesús ha venido a nuestro mundo para mostrarnos la cercanía de Dios con el hombre, su amistad, el gozo de su mensaje. Para llenar nuestro corazón de vida, de sentido, de esperanza. Comunica a los demás tu experiencia de Jesús, para que le descubran como Camino, Verdad y Vida. La relación cercana e íntima con Jesús que todos tenemos que cultivar, no es para tener prebendas o privilegios,

La luz del amor

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“No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre” (Mt 10, 17-22) “Hoy celebramos la fiesta de San Esteban. El recuerdo del primer mártir sigue inmediatamente a la solemnidad de la Navidad.  Ayer contemplamos el amor misericordioso de Dios, que se ha hecho carne por nosotros; hoy vemos la respuesta coherente del discípulo de Jesús, que da su vida.  Ayer nació en la tierra el Salvador; hoy nace para el cielo su testigo fiel.  Ayer, como hoy, aparecen las tinieblas del rechazo de la vida, pero brilla más fuerte aún la luz del amor, que vence el odio e inaugura un mundo nuevo”.   (Papa Francisco)   En la perseverancia está la salvación, en la respuesta fiel. La perseverancia es una cualidad de los fuertes. No se debilita por las dificultades, las contradicciones o el sufrimiento. Resiste porque el amor, si es amor, siempre es fiel. Este niño que nace, que es Dios, 'el Mesías, el Señor', no deja indiferente. Los que le conocemos e

Un bebé que trae buenas noticias

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"Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS”   (Jn. 1, 14).   ¡Cristo ha nacido! La luz ilumina nuestro corazón, nuestra vida la tuya y la mía, no la guardemos, ni la escondas bajo el celemín, ponla en lo alto para que alumbre a todos los de casa, los amigos, aquellos con los que compartes tu vida, cerca o lejos, con los que te cruzas en el día a día. Luz que alumbra toda oscuridad, luz que calienta nuestros fríos y tibiezas,  luz que acoge, ama, acompaña. Luz que es vida. Lleva esta luz a todos los rincones del mundo, no la apagues compártela Dios ha nacido gritarlo al mundo. Una y otra vez la belleza de la Navidad toca nuestro corazón, una belleza que es el esplendor de la verdad y la ternura. Una y otra vez nos conmueve el hecho de que Dios se hace niño, para que podamos amarlo, para que nos atrevamos a besarlo, abrazarlo en nuestras manos. Aquel 'ven' que gritaba la humanidad, el 'hágase' de María... han sido escuchados por Dios, ha venido par

Nace de lo alto

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Nos visitará el Sol que nace de lo alto (Lc 1, 67-79) 'El Sol que nace...' que es universal, para todos, sin distinción. Es una promesa y es nuestra esperanza.   Una luz que brille para siempre, un calor que rompa nuestros hielos, una estrella que guíe nuestra vida. Ojalá seamos hoy y siempre ese niño, “profeta del Altísimo”, que prepare caminos al amor y a la misericordia, a la paz y a la justicia, a la verdad y a la alegría...    A la salvación y a la vida que viene de lo alto. Hoy es un día para mantenernos en oración. Los que estamos ligados a Jesús y mantenemos el anhelo de una unión más profunda con Él y los hermanos, abramos nuestro corazón durante el día y celebremos la Misa en la noche. Es la verdadera Cena, en familia, de la Navidad. Esta noche, la Luz ilumina la pobreza y belleza de la vida.  Esta noche vamos a contemplar un cuerpecito envuelto en pañales y buscando calor. Ofrezcamos un corazón caliente, amoroso, que le protej

Vayamos al encuentro del Señor

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"¿Qué será este Niño?" (Lc 1, 57-66) La Navidad está ya ante nosotros. No es de extrañar que la noticia del Nacimiento de Juan -que precede al de Jesús- esté impregnada en una atmósfera de alegría íntima y serena, de vivir la cercanía de Dios En vísperas de la Nochebuena, vayamos al encuentro con el Señor en la oración. Pongamos ante Él nuestras debilidades, para que nos ayude a caminar en la Iglesia, con valentía y fidelidad, el camino que nos puede llevar a la santidad. El nombre nos da identidad y misión. Juan, hombre fiel a Dios, respondió con fidelidad a la llegada del Mesías. Dichoso quien se abre al don de la fe. Dichoso quien confía y cree en la promesa. El Espíritu nos infunde esperanza, alegría, fortaleza, creatividad...  Jesús nace. Nace el amor. Navidad es tiempo de alegría íntima y serena. Es tiempo de vivir la cercanía de Dios con nosotros. El Señor descoloca siempre, es tanta la novedad, la propuesta, la fuerza, el don, el c

Dios nos acompaña

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“Dará a luz un hijo,  que será llamado Emmanuel, Dios-con-nosotros”   (Mt 1, 18-24) Pasarán los rigores del invierno que ahora comienza. Renacerá otra vez la primavera. Vendrá la luz para alumbrar oscuridades... Nada te turbe. Se renovarán tus fuerzas. Sal en busca de Jesús que viene a tu encuentro. Todo cambiará porque su amor permanece siempre. Sólo Dios basta. Prepara la Navidad. Prepara tu corazón para que renazca en él con más fuerza el amor. Haz acopio de ternura, prepara banquetes de amistad, derrocha perdón, adórnate de humildad. Pon en tu boca y en tu alma un cántico nuevo. Abre los ojos al Misterio. Abraza a tus hermanos. Mira más allá de las apariencias. Fijate en los detalles, en lo pequeño. Podemos descubrir gestos cotidianos preñados de  vida y esperanza. Son germen de un mundo nuevo. El niño Dios no viene entre las aclamaciones de los ricos y poderosos, sino en la humildad de los sencillos. Cuando una familia espera

Espíritu de servicio

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“¿Quién soy yo  para que me visite  la madre de mi Señor?”   ( Lc 1,39-45) María, nada más dar su sí al Ángel Gabriel, se puso en camino para atender a Isabel. Eso es generosidad. Eso es espíritu de servicio. A nosotros no se nos pide nada extraordinario. Se nos pide, eso sí, que no nos lo pensemos tampoco dos veces cuando haya que echar una mano y que tengamos esa disposición al servicio siempre: en nuestra vida como trabajadores, en nuestra vida como ciudadanos, en nuestra vida como vecinos, en nuestra vida entre los amigos o en nuestra vida en familia. Ha de ser una disposición del corazón, una actitud, que vaya con nosotros, hagamos lo que hagamos, desde la sencillez de nuestra vida cotidiana. No tengamos miedo a dejar actuar al Espíritu Santo en nuestra vida... Él nos desinstalará y nos invitará a ponernos en camino hacia el otro, para que descubramos en ese encuentro, el gozo de su Presencia y la alegría de su Salvación. " ¡Bendita t