Alegraos
"En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo." (Lc 15,1-10). Escuchamos a Jesús los que lo necesitamos. Nos acercamos a Él los que nos sentimos perdidos, como la oveja o la moneda de las que habla Jesús. Vivimos la confianza de que nos vamos a encontrar con Él y vamos a encontrar sentido a todo lo que vivimos. Vivamos la alegría de la esperanza. De la convicción de que nunca el tiempo es perdido. Y que todo lo que ocurre es para nuestro bien. Los pecadores no son un grupo marginal. El pecado forma parte de nuestro ser de criaturas. De nuestra limitación, y soberbias aspiraciones. Jesús acoge nuestros pecados para redimirnos de ellos y que podamos experimentar la verdadera alegría de la filiación. «Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta» La alegría no es sólo para los demás que ven que has aprendido a vivir con la certeza que él siempre nos acompaña, es la alegría de uno mismo que