Ir al contenido principal

Renuncia

 

Quien no lleve su cruz detrás de mí 
no puede ser discípulo mío…  
Lo mismo vosotros:  el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío” 
(Lc 14,25-33).

Jesús camina hacia Jerusalén, lugar de la entrega en la Cruz. Y mientras camina hace un alto para hablar a todos, dejando claro lo necesario para ser discípulo suyo. “En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús” Realmente mucha gente, a cierta distancia, acompañaba a Jesús. Pero Él no se prestaba a equívocos: pone algunas condiciones, nada fáciles, por otra parte, para ser discípulo suyo. Son condiciones que siguen vigentes: tomar la cruz, posponer otros intereses, ser desprendido, etc.


Llevar la cruz con él será acompañarlo a Jerusalén y desde ahí ser testigos del poder salvador del Padre. Seguirle es estar dispuesto a dar incluso la propia vida, con tal de que su evangelio llegue a todos, sin excepción.

“Es una “oliva preciosa, la santa cruz, que con su aceite nos unta y nos da luz. Alma mía, toma la cruz con gran consuelo, que ella sola es el camino para el cielo” (Sta. Teresa de Jesús).

El seguimiento no es impulso ni decisión espontánea. Requiere un serio discernimiento para responder en radicalidad a la Llamada. Una opción donde las renuncias no son comparables a la gracia. Donde la cruz es testimonio y el discipulado.


«Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío»
No hablamos del sufrimiento como modo de salvación, sino de asumir que la vida lleva consigo sufrimiento. Pero también nos hace ver la realidad, empeñarnos por cambiarla y confiar que no estamos solos en el camino.

"Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío." Todos cargamos con nuestra cruz. En ocasiones es externa, visible, pesada. Otras son internas, íntimas, personales. La cruz es todo aquello que solos no podemos vivir y que nos hace pedir ayuda a Dios. La cruz nos recuerda que la realidad no la diseñamos ni la controlamos nosotros. Solo podemos acogerla y confiar en que si la abrazamos, se convertirá en puerta a la plenitud.

Sólo hay un Dios, Él. Sólo hay una riqueza, seguirle. Sólo hay un camino, el Evangelio. Sólo hay una respuesta, hágase tu voluntad. Sólo hay una amistad, con Él. Estamos llamados a posponer, que ocupe un segundo plano, todo aquello que no sea Él. No tenemos bien más valioso que Él. "El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío".

Ahora que he aprendido a vivir sin acaparar, 
sin miedos, sin pesos. 
Ahora que no deseo nada: 
ni poseer, ni dominar, ni triunfar. 
Ahora puedo ser tu discípulo, 
testigo de tu muerte y resurrección.
 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...