Los invitados de Dios
«La boda está preparada». (Mt 22,1-14). Algunos consideran la religión como una imposición cultural o social. No es así, al menos en el cristianismo: en su esencia está una invitación a una boda. Podemos rechazar la invitación, aunque tal decisión tenga sus consecuencias. Aceptarla le da a la vida un aire más festivo. Así es la relación con Dios, como una boda a la que hemos sido invitados. Él invita, la boda está preparada. No podemos decir que no, estamos invitados a un evento, un encuentro de amor, nada de reproches ni de tristeza. Algunos le dicen que no pero Él insiste. Tenemos sitio. «La boda está preparada». Comencemos a buscar nuestro mejor vestido, nuestro mejor traje, Él nos espera. "Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos." La llamada que nos hace Dios a vivir y a colaborar en su proyecto es universal e irreversible. Nunca deja de llamarnos aunque nuestra respuesta no sea inmediata. No se decepciona de nuestras indiferencias y olvido