Ir al contenido principal

Alegraos

 

"En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús 
todos los publicanos 
y los pecadores a escucharlo." 
(Lc 15,1-10).

Escuchamos a Jesús los que lo necesitamos. Nos acercamos a Él los que nos sentimos perdidos, como la oveja o la moneda de las que habla Jesús. Vivimos la confianza de que nos vamos a encontrar con Él y vamos a encontrar sentido a todo lo que vivimos. Vivamos la alegría de la esperanza. De la convicción de que nunca el tiempo es perdido. Y que todo lo que ocurre es para nuestro bien.

Los pecadores no son un grupo marginal. El pecado forma parte de nuestro ser de criaturas. De nuestra limitación, y soberbias aspiraciones. Jesús acoge nuestros pecados para redimirnos de ellos y que podamos experimentar la verdadera alegría de la filiación.


«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta»
La alegría no es sólo para los demás que ven que has aprendido a vivir con la certeza que él siempre nos acompaña, es la alegría de uno mismo que se ve libre, la libertad es un don muy preciado y poco valorado.

Es la alegría que brota del perdón. Y cuando el perdón procede de Dios, la alegría alcanza a los ángeles del cielo. La misericordia del Buen Pastor no hace cálculos: deja las noventa y nueve y va a por la oveja perdida. El amor de Dios es así de extraordinario. El valor de cada hijo de Dios es infinito. Da su vida para darnos vida en abundancia.

Jesús viene a colmar a quienes con sencillo corazón manifiestan su pobreza; les enseña el rostro auténtico de Dios y el gozo de estar nuevamente en el corazón del Padre. A él no le bastan los justos, los buenos, se lanza a los más alejados y sin reprochar nada, con ellos celebra la fiesta de la reconciliación.

Señor, dame el deseo profundo de escuchar tu mensaje.
Que pueda abrir los brazos a los que lleguen
 y sea canal de bondad, comprensión y misericordia.
 

¿Por qué estamos alegres en ese encuentro con Él? Por la misericordia y el perdón que recibimos. Por haber dejado atrás la duda y el miedo. Por la vida que se abre por delante estando a su lado. Por el calor de su compañía y las posibilidades que supone estar con Él. Al encontrarnos con Él, se rompe para siempre la soledad que agobia, que nos hace vivir en tristeza.

 

Yo no llamo a los buenos

Y dice Dios:
Yo no llamo a los buenos.
Yo llamo a los malos.
Los buenos ya tienen bastante
con su bondad.
Tienen virtudes,
valores,
méritos,
un historial de compromiso
escrito en un libro de oro
¿para qué me quieren a mí?
Yo sólo puedo dar algo
a los malos.
A los que siguen haciendo pecados
después de haber prometido,
mil veces,
que van a ser buenos.
Yo les ofrezco el desierto,
una tienda
y mi compañía.
Es todo lo que tengo.
Les doy todo lo mío.
Para los buenos no me llega.


(Patxi Loidi)


 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...