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Mostrando entradas de octubre, 2018

¡Todo irá, terminará bien!

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“Mirad:  hay últimos que serán primeros  y primeros que serán últimos”   (Lc 13 30)     Jesús, caminando hacia Jerusalén, nos sorprende con su enseñanza. No nos podemos confiar, la llave de la salvación pide una conversión interior. No basta con comer y beber ocasionalmente con Jesús. Tendremos algunas sorpresas. Atrévete a pedirle al Buen Ladrón, uno de esos últimos que fueron primeros en el Reino, que te enseñe la verdadera actitud interior que te alcance la salvación. "Muchos últimos serán primeros, y primeros serán últimos". "Entrad por la puerta estrecha". Vivir una vida escondida, no aparecer en los primeros planos, pasar estrecheces por servir y amar. Aunque ahora no lo parezca, todo es gracia. Nuestra cruz de cada día es la "puerta" estrecha que nos introduce en la voluntad de Dios, nos revela su amor incondicional y nos abre el camino hacia el cielo. Que los últimos de la tierra se pongan por delante. Ellos

Lo pequeño

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“El reino de Dios se parece  a un grano de mostaza...  a la levadura...”  (Lc 13, 19.21).    Jesús Maestro con sencillez, con claridad, con brevedad y con gran profundidad comparte con los suyos los secretos del Reino. Con estas dos parábolas, Jesús quiere infundir en sus discípulos la esperanza. Dios es discreto. El Reino de Dios se parece, dice Jesús, a estas pequeñas cosas que van creciendo hasta hacerse una realidad que apoya la fe de otros. Nosotros aspiramos siempre a hacer cosas grandes, y olvidamos la grandeza de las cosas pequeñas Todo comienza por algo pequeño, un grano de mostaza, un poco de levadura. Como levadura: penetrar y extender suavemente en el mundo con los modos de Tu Reino Nosotros pensando en cosas grandes. Él siempre en lo pequeño y lo sencillo veía lo grande. Un grano de mostaza, un poco de levadura pueden transformar el mundo. Algún día comprenderemos que el Reino de Dios siempre tuvo que ver con lo pequeño y los pequeños

¡Glorifiquemos a Dios!

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“Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad” … y enseguida se puso derecha.  Y glorificaba a Dios”   (Lc 13, 12.17). Jesús se inclina sobre la pobre mujer y le impone las manos, lo mismo que Dios se había inclinado sobre Adán sin vida para infundirle su espíritu. Jesús rehabilita a la mujer, y el ser humano resucita en su belleza primigenia. Esta es la misión de Jesús en medio de nosotros. Él no soporta ver "por los suelos" al hombre creado a imagen y semejanza de Dios. "Toda la gente se alegraba de los milagros que hacía" . En sábado, el día del Señor, se ha convertido en un nuevo sábado donde todo estalla en acción de gracias.  Lo que Jesús realiza en sábado es una celebración de su sentido más profundo. Para Jesús, el sábado no está hecho para prohibir las obras de misericordia, sino para fomentarlas. Jesús te mira, te llama y te sana. Su tiempo es tiempo de salvación. Ésta es la verdadera alegría q

¡Que vea, Señor!

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“Rabbuní”, haz que recobre la vista” . Mc 10, 46-52 La verdadera ceguera consiste en no conocer realmente a Jesús.  Cuando recuperamos la vista, descubrimos cómo un encuentro personal con Él nos llena por completo.  ¿Listo para “una revisión ocular”?  Aquí estoy, Señor, como el ciego al borde del camino –cansado, triste, aburrido, sudoroso y polvoriento, sin claridad y sin horizonte-; mendigo por necesidad y oficio. Aquí estoy, Señor, en mi sitio de siempre pidiendo limosna, sintiendo que se me escapa la vida, el tiempo y los sueños de la infancia; pero me queda la voz y la palabra Pasas a mi lado y no te veo. Tengo los ojos cerrados a la luz. Costumbre, dolor, desaliento... Sobre ellos han crecido duras escamas que me impiden verte. Pero al sentir tus pasos, al oír tu voz inconfundible, todo mi ser se estremece como si un manantial brotara dentro de mí. Te busco, te deseo, te necesito para atravesar las calles de la vida y andar por los

El Señor espera...

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“Si no os convertís, todos pereceréis” (Lc 13,5) Jesús aprovecha dos acontecimientos trágicos recientes para hacer una llamada general a la conversión. Ante Dios todos necesitamos convertirnos a sus caminos. Jesucristo nuevo Abraham que intercede ante el Padre por nosotros, higueras que poco fruto dan. Él sabe perfectamente que Dios es Padre siempre dispuesto al perdón. ¡Respondamos con nuestra conversión! El Señor tiene misericordia con nosotros, espera hasta el último momento a ver si damos fruto.  A ver si por fin nuestro corazón hace ese cambio tan esperado... El Señor espera... Jesús espera pacientemente tu respuesta a construir una humanidad nueva, donde el fruto de la fraternidad universal abunde en nuestros pueblos. Toda la vida de Jesús nos anuncia la buena nueva de un Dios enamorado de los seres humanos, un Dios paciente y misericordioso, que espera con solicitud de padre la hora en que cada uno de sus hijos e hijas descubran la hondur

La presencia del Reino de Dios

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“¿Cómo no sabéis interpretar  el tiempo presente? “  (Lc 12,56). Jesús trae la última palabra del Padre a la humanidad; sin embargo los hombres no tienen la habilidad suficiente de descifrar los signos del reino presente en Jesús. Descubre las pequeñas señales del proyecto de Jesús que están brotando en nuestro momento histórico.  Da gracias a Dios por ellas. Tu reino es vida, tu reino es gracia, tu reino es justicia, tu reino es verdad, tu reino es paz, tu reino es amor. ¡Venga a nosotros, tu reino, Señor!   Saber descubrir el amor de Dios en cada momento es vivir atento. La vida del cristiano no es estática. Es movimiento continuo. Dios nos sorprende diariamente. Lo realmente inteligente es darle gracias cada día por su amor y por el amor de las personas que quieren nuestro bien. Quien vive con esperanza, escudriña cada día el horizonte en busca de aquello que le anuncia lo que espera. Se prepara para recibir, para acoger. Mantiene los

El fuego del Espíritu

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“Tengo que pasar por un bautismo,  ¡y qué angustia hasta que se cumpla! (Lc 12,50). Jesús camina hacia Jerusalén en obediencia a la voluntad del Padre afrontando decididamente toda oposición. Tu encuentro con el Señor suscita una respuesta de fe que puede crear división con otros valores del mundo. Cuando la fe deja de ser mero cumplimiento y se vive apasionadamente el amor a Dios y a los hermanos, arde nuestro corazón.   El Señor nos pide amar y no dejarnos vencer por el egoísmo. Cuando se ama de verdad se sufre la incomprensión y el abandono. Vivir la vida y la fe con pasión y radicalidad, con valentía y audacia. Nada menos. Nada más. Jesús quiere que ardamos en caridad, amor y servicio a los hermanos.   Su Espíritu es una llama de amor viva que enciende pasión y entusiasmo. Duele la soledad y más si es provocada en Nombre de Dios. Pero el Señor está a nuestro lado. Ante tantos conflictos que siembran división, matando la caridad enseña

¡Al que más se le da, más se le exigirá!

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“Estad preparados,  porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”   (Lc 12,40) Esperar la venida del Señor exige una vigilancia activa; estar atento a las responsabilidades del tiempo presente.  Jesús, que no viene a juzgar sino a servir, te invita a mantenerte despierto preparado en actitud de servicio. Mi fuerza y mi esperanza eres Tú, Señor, en Ti confío, no temo. Mi gozo y mi descanso está en Ti, Señor. Tu Amor despierta las fibras de mi amor para servir.         El   Evangelio   nos plantea un gran interrogante: ¿Soy un siervo fiel? ¿Qué me has dado y cómo administrarlo siendo fiel a Tu propuesta? ¿Respondo bien a los dones que se me han regalado? Porque cada uno hemos recibido una misión, y esto lleva consigo una responsabilidad. ¡Al que más se le da, más se le exigirá! ! Piénsalo! Jesús nos da el Amor de Dios y nos pide que lo pongamos al servicio del otro. Vive con intensidad, multiplicando ese Amor y si has r

Vivir vigilantes

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“Tened ceñida la cintura   y encendidas las lámparas”   (Lc 12,35)   Dios anuncia la paz a su pueblo, a sus amigos, a los de cerca, a los de lejos... Ya no hay forasteros ni extranjeros. Todos somos de Cristo. Él es nuestra paz. Su Cruz es el vínculo que nos une. Dios anuncia la paz a su pueblo, a sus amigos, a los de cerca, a los de lejos... Ya no hay forasteros ni extranjeros. Todos somos de Cristo. Él es nuestra paz. Su Cruz es el vínculo que nos une. Como a los hebreos en la noche de Pascua y a los discípulos al ser enviados a Evangelizar, el Señor también nos pide tener la "cintura ceñida", estar atentos, para reconocer su Venida, su Paso y su Presencia liberadora, en cada persona y en cada acontecimiento. Jesús invita a los discípulos a permanecer vigilantes, a la espera de una Presencia. No tienen que adormilarse ni desanimarse sino esperar confiados porque Él viene, viene siempre; siempre está llegando en todo lo que acontece. Dichoso qui

¿Qué da sentido a nuestra vida?

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“Guardaos de toda clase de codicia” (Lc 12,15) Si leemos superficialmente este evangelio podemos llegar a conclusiones un tanto ingenuas.  Jesús no considera mala la riqueza. Lo malo del ejemplo de la parábola es la cerrazón hacia los demás. Nuestro hombre se encierra en su riqueza, no tiene en cuenta que los bienes materiales nunca pueden hacernos olvidar la necesidad de Dios y la responsabilidad hacia los más necesitados. - Señor, que sepa valorar lo realmente importante. ¿En qué tengo mi mente y mi corazón? ¡Que no Te utilice para lo que es NO-Reino! La vida, afirma Jesús, no depende de la abundancia de los bienes materiales; pero muchas veces somos como el rico de la parábola que pone su confianza en los bienes y cosechas. Deja que esta enseñanza de Jesús se haga vida dentro de ti: Jesús nos invita a acumular riquezas que no se acaban :  ricos en justicia, en misericordia, en compasión y solidaridad.   Para Dios es rico quien se desprende de lo q

Señor, nací para servirte

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“El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos”.   ( Mc 10,35-45). Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti. Compadécete de nuestras debilidades, perdona nuestras ambiciones, no te fijes en nuestros delirios de grandeza. Danos tu espíritu de servicio, contágianos tu humildad y tu entrega. SERVIR Y DAR LA VIDA Servir y dar la vida. En silencio y en segundo plano. Servir y dar la vida. A los últimos y encadenados. Servir y dar la vida. Aunque cueste, pero enamorados. Inherente a nuestro bautismo que nos hace hijos va el servicio. Que bonitas palabras y seducciones no nos engañen ni engañemos... ¡Servir evangélicamente desde los últimos puestos y a los últimos! El tratar de ser primeros, sin importar cómo y a costa de quién, no es “muy cristiano”. Jesús nos enseñó a ser humildes por amor a Dios. Deshecha la vanidad. ¡Cuántas veces nosotros queremos sentirnos importantes y que la gente nos rec