Custodios
“El que acoge a este niño
en mi nombre me acoge a mí”
(Mt 18,3)
Los discípulos discuten sobre quién es el más importante.
No han comprendido nada de la lección de Jesús, que va
entregando la vida por los caminos. Pide al Espíritu que te haga caer en la
cuenta de que la acogida y el servicio son los rasgos esenciales del seguidor
de Jesús.
”El que se haga pequeño
como este niño”
(Mt 18, 4).
Coloca a un niño en medio.
Es su signo frente a toda ambición humana.
El pequeño mira a su alrededor con los ojos de la
esperanza.
Es indefenso ante los grandes males del mundo: la guerra,
la xenofobia, el antisemitismo.
No entiende de estrategias ni cálculos, pero sabe vivir
intensamente el amor.
¿Cómo entiendes tú lo de hacerte pequeño?
¿Qué sentimientos llevas en el corazón?
El Señor se revela de manera preferencial en los niños y
nos pide que nos hagamos como ellos, limpios, puros, crédulos, libres de
prejuicios.
Los pequeños son el ejemplo de cómo tenemos que
abandonarnos con confianza en el amor de Dios, buscando gustarle y vivir el
presente sin segundas intenciones, con humildad, con plenitud, con amor;
hacernos pequeños comporta también renunciar a la soberbia, a la
autosuficiencia, reconocer que solos no podemos hacer nada, que para perseverar
en el camino necesitamos al Señor y al ángel de la guarda que nos provee a todo
ser humano, por pequeño que sea: el compañero de viaje que nos educa y nos
guía, que dirige y protege nuestra vida.
- Que sintamos la presencia del ángel que nos ofreces, Señor, que escuchemos sus consejos y obedezcamos las sugerencias que nos transmite.
- Que sintamos la presencia del ángel que nos ofreces, Señor, que escuchemos sus consejos y obedezcamos las sugerencias que nos transmite.
Afirma san Jerónimo: «Grande es la dignidad de las almas cuando cada una, desde el momento de nacer, tiene un ángel para su custodia».
Podemos añadir, grande es la dignidad humana por la que
tanto vela el Padre Dios.
El niño crece seguro porque se sabe protegido por sus
padres, el cristiano en todo momento se siente guiado y amado.
Esta seguridad nos hace como niños según el evangelio.
- Señor, ilumina mi entendimiento.
- Señor, ilumina mi entendimiento.
Pedimos a Dios
que nos dé un corazón de niño.
Dame, Señor, un corazón de niño, capaz de abandonarme
en las Manos del Padre, como Tú. Que busque más servir, que ser servido.
ORACIÓN PARA SER COMO UN NIÑO
"Señor, enséñame a ser niño, a disfrutar de la vida, a jugar y reírme con las cosas pequeñas.
Enséñame a confiar y a entregarme del todo sin protegerme para no ser dañada.
Enséñame a mirar con ojos inocentes, a creer en la vida, en los demás, a no hacer cálculos.
A fiarme de ti, a ir de tu mano por el camino.
A dejarme abrazar como los niños, a recibir amor y caricias porque los necesito.
Enséñame siempre a perder el tiempo con cosas no fundamentales, no serias ni importantes.
Enséñame a disfrutar el momento como los niños, sin temer el futuro sin quedarme pensando en lo pasado"
"Señor, enséñame a ser niño, a disfrutar de la vida, a jugar y reírme con las cosas pequeñas.
Enséñame a confiar y a entregarme del todo sin protegerme para no ser dañada.
Enséñame a mirar con ojos inocentes, a creer en la vida, en los demás, a no hacer cálculos.
A fiarme de ti, a ir de tu mano por el camino.
A dejarme abrazar como los niños, a recibir amor y caricias porque los necesito.
Enséñame siempre a perder el tiempo con cosas no fundamentales, no serias ni importantes.
Enséñame a disfrutar el momento como los niños, sin temer el futuro sin quedarme pensando en lo pasado"
Servidores y mensajeros de Dios, junto a Él, contemplando
su rostro.
Atentos a su voz y prestos a cumplir sus mandatos.
Ángeles del cielo y a veces de la tierra, que nos envía
para cuidarnos de cerca.
Gracias.
Gracias a todas esas personas que son como ángeles que
Dios ha puesto a nuestro lado, nos cuidan, nos protegen y se preocupan por
nosotros.
Los Ángeles son un reflejo misterioso del rostro de Dios en nuestra realidad, y de hecho, cuando alguien de una manera especial nos muestra una conducta desinteresada, sana y alegre solemos decir que “es un ángel”.
Si somos lo suficientemente sensibles, seguro que tenemos
experiencia de ese paso protector de Dios por nuestra vida, expresado a través
de estos seres misteriosos y por supuesto a través de personas de carne y hueso
que también son destellos de Dios para cada uno de nosotros.
Que los Santos Ángeles Custodios protejan a los
cristianos que son perseguidos en tantas partes del mundo por seguir a Jesús.
Y felicidades a la Policía en el día de sus patronos, que
ellos velen con justicia por todos.
Necesitamos Ángeles capaces de comprometerse con el mundo
de hoy poniendo el corazón
Que consuelo es saber que siempre estamos bajo la
protección de un ángel, que nunca deja de protegernos ni por un instante…
Él reza siempre con y por nosotros y presenta nuestros
deseos y obras puras...un compañero que siempre nos escucha
(Padre Pío)
(Padre Pío)
Agradecemos a Dios su amor y protección, manifestados en
la cercanía de los ángeles.
Pidámosle que también nosotros seamos ángeles buenos: servidores y mensajes de Dios, protectores de la vida de los hermanos.
Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.
Aunque eres espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuentas todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me haces sentir tranquilo, cuando tiendes sobre mi pecho las alas de tu ternura.
Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.
Testigo de lo invisible, presencia del cielo amigo, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.
Tú que eres fiel custodio, enséñame tu santo oficio, para que sepa cuidar la creación y a las personas que pones en mi camino.
En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Pidámosle que también nosotros seamos ángeles buenos: servidores y mensajes de Dios, protectores de la vida de los hermanos.
Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.
Aunque eres espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuentas todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me haces sentir tranquilo, cuando tiendes sobre mi pecho las alas de tu ternura.
Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.
Testigo de lo invisible, presencia del cielo amigo, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.
Tú que eres fiel custodio, enséñame tu santo oficio, para que sepa cuidar la creación y a las personas que pones en mi camino.
En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Amén.
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