Lo pequeño
“El que acoge a este niño
en mi nombre
me acoge a mí”
(Lc 9,48).
Los discípulos discuten sobre quién es el más importante.
No han comprendido nada de la lección de Jesús, que va
entregando la vida por los caminos.
Pide al Espíritu que te haga caer en la
cuenta de que la acogida y el servicio son los rasgos esenciales del seguidor
de Jesús.
Sus amigos discutían.
¡Otra vez por lo mismo!
¿Cuál de todos ellos es el más importante?
Jesús cogió de la mano a un niño.
El más olvidado de la escena.
Con ese gesto, lo pequeño se volvió enorme.
Y así les mostró la fuerza del Dios de las pequeñas cosas
"El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a
mí...
El más pequeño de
vosotros es el más importante".
¿No sabéis que basta con un beso, con una caricia, para
que un niño recobre la vida?
El amor es la única regla de conducta para los que entran
en el Reino.
SER COMO UN NIÑO
Ante la grandeza, ser como un niño.
Ante la eficacia, ser como un niño.
Ante la productividad, ser como un niño.
Ante el poder, ser como un niño.
Porque Jesús bien conoce nuestro corazón y lo que hay en
él, seamos 'niños grandes', al estilo de Teresita del Niño Jesús, que
diariamente se acercan a Él para darlo a Él, una hermosa lluvia de pétalos de
rosa.
Hoy comienza octubre, mes de la misión por excelencia.
El lema del DOMUND de este año es Cambia el mundo.
Todos estamos llamados a poner en práctica esta llamada,
cada cual desde su ámbito y posibilidades.
La misión es cuestión de actitud, no de lugar.
Por eso Santa Teresa Lisieux puede ser patrona de la
misión y los misioneros.
Pues a ella nos encomendamos.
"Los misioneros son el ejemplo de que el cambio en
el mundo es posible.
Ellos lo provocan
con su “vida y obra”; con acciones concretas que han transformado la realidad
de pueblos y personas"
D. Anastasio Gil,
Amor eso lo único que necesitamos para cambiar el mundo.
"Lo único que vale es el Amor"
"Comprendí que sin el amor, todas las obras son
nada, aun las más brillantes."
Que sea el amor, el amor de Dios en nuestras vidas, quien
siembre esperanza a través de nuestros gestos, todos ellos, por pequeños que
sean.
"Haz que toda mi vida sea un acto de amor...
Olvidándote tú de mi inmensa miseria, vienes a hacer
morada aquí en mi corazón"
No necesitamos hacer obras extraordinarias para cambiar
el mundo.
Con pequeñas acciones, día a día, en nuestro entorno y
con la gente que nos rodea, también podemos lograrlo.
Así lo hizo Santa Teresita.
'En el corazón de la Iglesia, María, tú eres el amor'.
¿Sabes por qué María te mima tanto?
Porque ve tu pequeñez.
El Rosario es síntesis de los misterios esenciales de la
fe, su rezo nos libra de las tentaciones del Maligno, que desea apartarnos de
Cristo y destruir su Iglesia.
¿No encuentras una respuesta?
Recuerda que solo los Valientes arrebatan los cielos.
Esto es una Lucha Constante,
Pero te daré una buena noticia
No estamos solos,
Jesús camina con nosotros día y noche y no nos abandonará
jamás.
Dame, Señor, un corazón de niño, capaz de abandonarme
en las Manos del Padre, como Tú. Que busque más servir, que ser servido.
"Vivir de amor es permanecer en calma en medio de
la mar aborrascada mientras Jesús duerme.
No temas, ¡oh Señor!, que te
despierte, espero en paz la orilla de los cielos... Pronto la fe desgarrará su
velo y habrá sido mi espera solo un día. La caridad me empuja, ella hinche mi
vela, ¡vivo de amor!" (Santa Teresita).
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