Humildad,docilidad,discernimiento
"Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás" . (Lc 11,29-32). El acceso a lo divino es mucho más cercano de lo que pensamos. Buscar intervenciones milagrosas, extraordinarias, que superan los canales habituales de la acción de Dios, es dudar de lo que Dios nos dice en el Génesis: “Y vio Dios que todo era bueno”. El Espíritu de Dios acompaña toda la realidad creada, y sus huellas son reconocibles en nosotros mismos, en los demás y en toda la creación. También está generación pide signos mientras pierde la capacidad de verlos e interpretarlos. La generación actual, como la del tiempo de Jonás, busca señales mientras ignora lo evidente. El Hijo del Hombre es la mayor señal, pero es rechazado. Como Nínive, somos llamados a arrepentirnos. En cualquier caso Dios nos concede el signo de Jonás. Es el signo de la muerte inevitable, vencida por el amor fecundo, que abre a una Vida plena y resucitada El signo que buscamos es Él, no hay más señ