Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2019

Nos mandas a sembrar

Imagen
«Venid en pos de mí  y os haré pescadores de hombres» (Mt 4, 18-22)   Hoy, San Andrés apóstol. Conoció a Jesús antes que su hermano (san Pedro) y lo llevó a Él. Urge dejarlo todo cuando quien llama es el Todo que da sentido a tu existencia Una vez que conoces al Señor la vida cambia. De redes de pescar a crear redes de encuentro y vida, deja las que atrapan para cambiarlas por las que liberan y dan vida, las que nos hacen y ayudan a ser quien somos Sígueme. No te preocupes. Conozco tu debilidad. Cuento con ella para hacer grandes cosas.   Tú solo, sígueme. Yo haré el resto. Oración del misionero Señor, cuando nos mandas a sembrar, rebosan nuestras manos de riquezas; tu palabra nos llena de alegría cuando la echamos a tierra abierta. Señor, cuando nos mandas a sembrar, sentimos en el alma la pobreza: lanzamos la semilla que nos diste y esperamos inciertos la cosecha. Y nos parece que es perder el tiempo, este sembrar en

“Sólo una cosa es necesaria”

Imagen
«El cielo y la tierra pasarán,  pero mis palabras no pasarán»   (Lc 21, 29-33) Vive con esperanza.   Trata de percibir los pequeños detalles que muestran que el reino de Dios está cerca. Jesús nos invita a ver en lo pequeño la presencia anticipada de lo más grande. Seamos portadores de esperanza, mensajeros de buena noticia, creadores de ganas de vivir. El Señor vuelve y hará nuevas todas las cosas. Florecerá la primavera del Reino. El mal desaparecerá del horizonte y la luz de Dios amanecerá "Que la gente se quiera que haya música y besos nacerán primaveras donde mata el invierno que haya risas y niños que no pierdan los sueños” La Palabra rompe el tiempo porque es eterna. Trasciende lo humano porque es divina. Camina con nosotros porque es andariega. Vive entre nosotros porque es amiga, maestra y compañera. La Palabra se hizo humana y habitó en la tierra. Su Palabra no pasará. Él no abandona, es el-siempre-fiel. Observemos bien

Alzad la cabeza

Imagen
«Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube,  con gran poder y gloria»   (Lc 21, 20-28) En un mundo dominado por la ansiedad, los cristianos tenemos que ser testigos de vida eterna. Nuestros rostros alzados al Cielo, la esperanza que brilla en nuestros ojos, debería gritarle al mundo que la eternidad está abierta ante nosotros; que no hay que tener miedo; ni tampoco hay que tener prisa para nada, salvo para servir a Dios. Y esa prisa es muy alegre; no necesita ser aliviada con lexatín. Dios es Señor de la historia. Todo obedece a su plan divino. A pesar de tanto desorden y confusión, de Cristo es el poder, el honor y la gloria. Cuando llegue la plenitud de los tiempos, cuando Cristo se haga presente en tu vida, alégrate, alza la cabeza, se acerca tu liberación. Ante un mundo y unos falsos profetas que presagian las mayores de las desgracias nosotros sabemos que es Él quien nos libera, nos salva y nos hace vivir con esperanza. Anunciamos la

“Ser testigos”

Imagen
“Todos os odiarán a causa  de mi nombre,   pero ni un cabello  de vuestra cabeza perecerá”   ( Lc 21, 12-19) No estamos llamados a ser buenos. Estamos llamados a “ser testigos”. Estamos llamados a ser testimonios. Nuestra vida como cristianos, está llamada: A testimoniar la verdad de Jesús. A testimoniar que es el enviado de Dios. A dar testimonio de que es el Hijo de Dios. Es tiempo de ser testigos ante el silencio, la indiferencia y la discriminación que a veces la sociedad impone a los creyentes. Podemos crecer en fe y amor aun en las situaciones más adversas. Jesús alienta nuestra confianza, acompaña nuestro camino y sostiene nuestra debilidad Dar testimonio de Él es mostrar su Palabra con gestos y palabras, con detalles y renuncias, con propuestas y humildad, con firmeza y coherencia... Dar testimonio de nuestro Dios, que ama, perdona, acompaña y espera. Oración del testigo Es hora de ser tus testigos, Señor del alba. Es hora de construir

Dios sigue su obra.

Imagen
«Mirad que nadie os engañe.  Porque muchos vendrán  en mi nombre»  (Lc 21, 5-11) En medio de los sufrimientos y las tribulaciones de este mundo, Jesucristo, Templo verdadero y definitivo, permanece con nosotros y nos va transformando, por la acción del Espíritu, en piedras vivas de su Iglesia. De perseverar con confianza en el empeño cotidiano por vivir el Evangelio. “Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas” Cultiva un estilo de vida paciente y tenaz, afronta los retos con paz y lucidez. A pesar de las injusticias, de los golpes que da la vida y de tanto sufrimiento, Dios sigue su obra. En Él ponemos los creyentes nuestra esperanza La única piedra que permanecerá al final de los tiempos, es la del amor.   Lo que hayamos amado queda grabado en la eternidad. Es una invitación a amar y dejarnos amar en este momento. De decir te quiero. De abrazar y besar. De derramar ternura Tengo pues la certeza de que Dios existe, que creó

Dar o darse

Imagen
“Ella, que pasa necesidad,  ha echado todo  lo que tenía para vivir” (Lc 21, 1-4). La viuda del Evangelio tenía dos monedas para vivir... podía haber dado solo una y haberse reservado la otra... pero amaba al Señor, y se fió, y le dio las dos. Lo insignificante, lo que nadie ve, lo que no tiene valor, lo que no cuenta, lo que no brilla ni hacer ruido. Una opción fácil de decir pero difícil de vivir. Echar toda la vida en el cepillo del servicio, sin guardar nada, sin esperar nada, sin querer más que la alegría de ser para otros, para tantos, para quien busca, para quien sueña, para quien camina a nuestro lado. ¿Qué parte de mí reservo para Ti, Señor? ¿Qué parte doy a los demás? Ante el dar las cosas y las sobras, está darse todo. Darse todo es escuchar los gritos de los que sufren y responder con el consuelo, la presencia y la justicia que necesitan. Darse todo es dar la vida, como Él la dio. La generosidad debería ser nuestra forma de vida.

Que Cristo Reine

Imagen
“Señor, acuérdate de mí  cuando llegues a tu reino”   (Lc 23, 35-43) Jesús reina en el universo. Todo está creado por Él y para Él, ordenado según su Palabra. Él es alfa y omega, principio y fin. Todo se reunirá en Él. Pero sobre todo Jesús quiere reinar en el corazón de cada persona, para que sea al amor a lo que obedezca todo lo que de él brote. Flagelado, coronado de espinas, mofado de la gente, insultado por el mismo ladrón que a su lado espera la muerte. Cristo Rey se muestra distinto y distante a nuestros reyes terrenales. ¿Cómo hablar de rey en esta situación? ¡Reina Cristo desde el árbol de la Cruz! Aparentemente, a ojos humanos y mirada superficial, un fracaso clamoroso. Su trono es un patíbulo y está clavado. Sólo la mirada de fe -la del buen ladrón- descubre lo que las apariencias ocultan: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino". Reinamos con Cristo, y hacemos que su Reino avance, no en nuestros logros y éxi

Nos has dado nueva vida

Imagen
No es Dios de muertos, sino de vivos   ( Lc 2, 27-40) Dios es un Dios de vivos. Jesús viene para darnos vida y vida en abundancia. Él mismo dice que es "camino, verdad y vida". Todo se sustenta en Él. La muerte no tiene poder, Cristo ya la venció en la Cruz.   El cielo ha entrado en la tierra y ha abierto una puerta de regreso a casa. Estamos llamados a reconcerle y hacer de Él sentido de nuestra vida. Estar con Él, amarle, construir una vida a su lado hace que la vida adquiera sentido y felicidad, todo lo hace nuevo Que Santa María pida por nosotros “ahora y en la hora de nuestra muerte” … ¡Amén! Nos has dado nueva vida Te damos gracias, Señor, por la vida que hemos recibido de Ti. Te damos gracias por los frutos de los creyentes, que unidos a Ti, hacen nuestro mundo más humano y ponen las huellas de tu presencia entre nosotros. Te damos gracias, Jesús, por aceptarnos en tu cercanía; porque no te echas atrás y qui

Un formidable hospital

Imagen
«Mi casa será casa de oración»   (Lc 19, 45-48) Reunirnos en el nombre del Señor para que Él se haga presente entre nosotros.   Alabarle, darle gracias, pedir por las necesidades del mundo, escuchar su Palabra, entrar en comunión... La eucaristía, vivida con hondura, me parece una forma perfecta de orar en pequeñas comunidades. Alimentemos la fe con oración, con el compromiso solidario, con la vida comunitaria.  Profundizando en el conocimiento de Cristo, en la espiritualidad de los grandes místicos, en la búsqueda de nuevos caminos para acercarnos al Misterio del amor de Dios, que es para todos. El Señor no deja de ir al Templo, no deja de “asistir” a la Iglesia … encontrándose con traidores e impenitentes. En ocasiones nos tentará la idea de hacer una iglesia de los perfectos, pero nunca podemos olvidar (¡nunca!), que Dios ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido … Decía aquel padre del desierto: “La Iglesia es un formidable hospital … sólo

Hace mucha falta

Imagen
«¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!» (Lc 19, 41-44) Cada día el Señor sale a nuestro encuentro a través de personas y acontecimientos: pidamos su Espíritu para reconocer su venida y su presencia en medio de nosotros. Así, experimentaremos su amor y su paz, incluso en medio de las pruebas y tribulaciones. No dejes que crezcan en tu corazón el rencor, la ira, la soberbia. No dejes que se endurezca. Agradece todo lo que Dios pone en tu vida y en tu ser. Mira y trata a cada persona con el respeto y dignidad con que quieres ser tratado. Derrocha amabilidad y ternura. Hace mucha falta. Hoy sorprendemos a Jesús llorando. Sus lágrimas además de expresar su verdadera humanidad, constituye un signo de su plena participación en el drama de una humanidad a la que le cuesta trabajo entrar en el proyecto de amor y de paz que Dios ofrece al hombre. Y a veces, no solo no nos cuesta trabajo sino que nos resistimos adorando a los diose

Dios se fía de nosotros

Imagen
¿Por qué no pusiste  mi dinero en el banco?   ( Lc 19, 11-28) No podemos actuar por la recompensa, sólo por fidelidad y por amor a Aquel que nos lo ha dado todo.   Sin embargo, el Señor se pasa en generosidad. Jesús a lo que nos invita es a que esos talentos que todos tenemos los pongamos al servicio de los demás, de nuestros prójimos, de quienes pasen a nuestro lado en el camino de la vida. Que María la Virgen madre nos ayude a no estar todo el día preocupados, sino que nos paremos … y perseveremos en dar gloria a Dios. Jesús, no quiero ser un espectador pasivo, sino un colaborador infatigable de tuyo. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad y hacer multiplicar todos los dones que me has confiado. Tengo mucho que dar, pero mucho más que ganar, si uso mis talentos para ayudar a los demás. La riqueza no es tanto lo que tenemos, como lo que hacemos con lo recibido. La medida con la que seremos medidos es la del amor que hayamos puesto en cuanto