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Mostrando entradas de abril, 2019

"Nacer de nuevo"

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"Dijo Jesús a Nicodemo:  Te lo aseguro,  tenéis que nacer de nuevo". (Jn. 3,7b-15) Nacer de nuevo es renovar la mirada, dejarse empapar por el Espíritu, vivir una vida nueva. Cuando tratamos de controlarlo todo, no damos posibilidades a que lo nuevo aparezca. Tenemos miedo al cambio.   Y el reino de Dios es novedad. Hay que nacer de nuevo. Derriba el muro del miedo que nos impide ir más allá de lo previsible, de lo de siempre. El Espíritu es creativo. Señor, me esfuerzo cada día por seguirte, aunque muchos de mi amigos pasen de Ti. Busco la verdad y la justicia, como Nicodemo. Y Tú me pides algo desconcertante: "nacer de nuevo". ¿Nacer de nuevo a mi edad, Señor? ¡A duras penas consigo corregir mis defectos, como para "nacer de nuevo"! Pídeme, Señor, que comparta algo con los pobres. Pídeme, Señor, que asuma algún compromiso. Estoy dispuesto a hacer cosas por ti y por los demás. Pero no me pidas "nacer de nuevo&q

Humildes y sencillos

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"Te doy gracias, Padre,  porque has escondido  estas cosas a los sabios  y a los entendidos,  y las has revelado  a la gente sencilla".   (Mt 11,25-30) Hoy, Santa Catalina de Siena , doctora de la Iglesia y copatrona de Europa.  Dios se valió de ella, una analfabeta, para reformar su Iglesia y llamar al orden a sus pastores. Si quieres escribir bien tu vida, sé tú la pluma y deja al Escritor hacer su relato. Dios como descanso, alivio y refugio. Siempre ha sido una de mis imágenes favoritas de Dios. En la vida, ¿dónde depositamos nuestros cansancios, nuestras preocupaciones, nuestros problemas? El Señor se revela a los humildes y sencillos, haciéndoles gustar su amor, que descansa y consuela, en comunión con el Padre y con los hermanos. Sé humilde porque eres de barro, pero siéntete grande porque Dios decidió habitar en ti. Jesús es restaurador.  Cuando nos faltan las fuerzas, cuando nos sentimos agotados y vamos a caer, Él s

Necesito ver y tocar

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Entro Jesús,  se puso en medio y les dijo:  La paz esté con vosotros.  Los discípulos  se llenaron de alegría   (Jn 20, 19-31) "Paz a vosotros”. La presencia de Jesús no inquieta, no destruye, no oprime, sino que es portadora de paz para todos. Ante nosotros se abre un futuro de esperanza porque Jesús está vivo en medio de nosotros y nos invita a seguir el camino de la verdadera vida, de la vida plena. La paz es fruto del cultivo de un jardín interior. Es ahí donde recreas un ambiente de serenidad, alegría, bondad y belleza para el ser. Y es responsabilidad de todos y cada uno; es nuestra tarea. Cuida la paz y no te preocupes en expandirla por el entorno. Vuela sola. Paz. Paz a vosotros. Palabras que son bocanada de aire fresco, que son alegría, alivio, vida y consuelo. Paz a vosotros. Palabras que iluminan tinieblas y son aliento, que son fuerza, presencia, huracán y cielo. Paz a vosotros. Los ruidos aturden. Vayas donde

Testigos

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“Id al mundo entero  y proclamad el Evangelio”.   (Mc 16, 9-15) El Señor resucitado se hace presente en la vida de los discípulos, a pesar de sus miedos y de su falta de fe, y los acompaña en la misión de anunciar el Evangelio al mundo entero. Nos sentimos enviados por el Señor resucitado y, seguiremos viviendo y amando esta sobrenatural obstinación: "Cristo vive" Lo que es importante para nosotros no se puede esconder ni vivir en la intimidad, pues pide ser anunciado   ¡Comparte tu fe! Señor Jesús, envíame a anunciar tu resurrección. Envíame a los tristes y a los desilusionados para contarles la victoria del amor sobre la muerte. Haz que tu resurrección se refleje en mi rostro para testimoniar la paz y la justicia, para alentar a quienes son víctimas del desánimo y la tristeza. Dame palabras para proclamar lo que creo: que tú has resucitado y estás aquí. Señor del amor verdadero, pon tu luz en nuestras sombras, pon tu p

¡VIVE!

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“Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado” ( Jn 21, 1-14) Volver al puro y santo Evangelio. Volver a leer despacio, y a meternos en las historias que narran los textos.  Volver a estar junto a Jesús en cada escena y a empaparnos de cada palabra y de cada gesto. Dejándonos envolver por su amistad. Gozando de su compañía. Y aprendiendo. La presencia de Jesús en nuestra vida se siente en lo más hondo del ser. El amigo que nos conoce más que nosotros mismos y que nos ama, nos acepta tal como somos. Sin reproches, sin condenas. Una presencia que vivifica, que alegra, que fortalece. "Es el Señor". El encuentro se plenifica, se hace fiesta, en la fracción del pan. En ese compartir con Jesús, sentimos que se renueva nuestra vida, nuestra vocación, dejamos de tener miedo, confiamos en que la pesca será abundante “Vamos también nosotros contigo”. Que juntos, todos verán en el amor que nos tenemos, que no hay prueba di

¡Confía!

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Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará  de entre los muertos al tercer día ( Lc 24, 35-48) Los discípulos de Emaús han reconocido a Cristo resucitado y quieren que todo el mundo se alegre con ellos. Se han convertido en misioneros, en apóstoles del evangelio. El fruto de reconocer a Jesús siempre es el mismo, la alegría. Soy yo. Palabras de confianza y tranquilidad. Palabras de cercanía y familiaridad. Palabras de ternura y protección. Palabras de vida y amor. "Paz a vosotros ¿Por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón?" La presencia de Jesús Resucitado está entre nosotros. Podemos experimentarlo en el hermano, en la oración, en comunidad, cuando nos reunimos en su nombre, cuando salimos al encuentro del necesitado El miedo atrapa, paraliza, oscurece y apaga la vida. El miedo es una cárcel dentro de nosotros mismos. Consciente, serenamente, míralo a la cara. Y sigue caminando a pesar de todo, con u

El pan compartido

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"Lo reconocieron al partir el pan" (Lc 24, 13-35) “Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos”. Qué bueno sentirte entre nuestros pasos, qué bueno saber que no vamos solos, qué maravilla tenerte vivo dándonos Vida. Gracias Señor. Estar con Jesús, escuchar a Jesús, caminar con Jesús es lo que verdaderamente llena el corazón: hace falta querer y volver cuando, como estos dos discípulos, dudemos y nos alejemos Dios camina siempre con nosotros, también en los momentos más dolorosos y Él sale a nuestro encuentro sobre todo en la Eucaristía, ahí está vivo el Señor resucitado. Señor, haz que yo también sepa reconocerte en el pan Eucaristía. Como los discípulos de Emaús, en la escucha de la Palabra, en la celebración de la Fracción del Pan y en la Comunidad reunida encontramos al Señor resucitado. "Jesús se presenta en medio de ellos y les dice: Paz a vosotros". Dame, Señor, en este día serenidad, paz en el tempora

¡He visto al Señor!

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"Ellos le preguntan:  «Mujer, ¿por qué lloras?"  (Jn 20, 11-18) Mujer, ¿por qué lloras? Su propio llanto, su dolor, su desencanto, impedían que su corazón reconociera a su Señor. Solo escuchar su nombre en labios de aquel hombre, le devuelve a la realidad y a la evidencia de la verdad: Mujer, ya no estás sola. Sentir añoranza, deseo, hambre de Dios. Necesidad de encuentro personal y entrañable con el Resucitado. Asombro, gozo, renovación interior. Impulso para ser sus testigos, para más amar y servir, para ser sembradores de esperanza. ¡Cristo vive! Todo el que ama ha nacido de Dios. En la Pascua, el paso de Jesús por nuestra vida, hace renacer el amor, el compromiso solidario, la ternura, el entusiasmo, la fe, la confianza.   Se renuevan las fuerzas del Cuerpo que somos al contemplar la gloria del Cuerpo Resucitado del Señor. Como María, reconozcamos la voz del Señor resucitado, que sale a nuestro encuentro, que nos llama por nuest

«Alegraos»

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"Ellas se marcharon  a toda prisa del sepulcro;  llenas de miedo y de alegría  corrieron  a anunciarlo  a los discípulos"  (Mt 28, 8-15) Jesús resucitado se aparece a las mujeres y les llama a ser anunciadores del hecho. Son las mujeres encargadas de comunicar a la comunidad. Las que llevan el mensaje. Las que trasmiten donde tienen que ir los hermanos. El Señor se expresa a través de la voz de las mujeres Hay que volver a Galilea y allí se manifestará a sus discípulos. Efectivamente, la resurrección de Jesús se impone con total fuerza «¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja.   ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua.» Vuelve a Galilea, ve al encuentro con Jesús. Aviva la llama de la fe.  Vuelve a compartir y orar con tu comunidad, a descubrir a Cri

Cristo ha resucitado

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“Él había de resucitar  de entre los muertos”.   ( Jn 20, 1-9). Una alegría desbordante se manifiesta en el corazón de cada auténtico creyente en esta mañana de Pascua. La mayor alegría. El Resucitado vertebra el sentido, el orden, la belleza, la bondad, la verdad y el equilibrio de la existencia y del Universo. Todo encaja en Él. ¡Aleluya! El pueblo humilde, identificado con el Crucificado, es el que más goza al Resucitado. Es su garantía de que habrá justicia. Dios, que respeta nuestra libertad, no cambia el curso de los acontecimientos. Pero es ánimo, esperanza y fortaleza para aquellos que sólo le tienen a Él. Cristo ha resucitado. Su luz ilumina nuestra vida, con sus dolores y contradicciones. Su luz atraviesa el mundo llenándolo de esperanza. No nos resignemos ante el dolor de los pobres y las piedras pesadas que aplastan. Todo es posible en su amor. ¡Tenía que resucitar! Jn 20, 1-9 Con todo mi ser canto: ¡Aleluya! Con

Venciste a tu muerte

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«¿Por qué buscáis  entre los muertos  al que vive?  No está aquí. ¡Ha resucitado!» (Lc 24, 1-12) El amor ha vencido a la muerte, ¡Jesucristo ha resucitado! Esta es la Noche en que la oscuridad de la muerte es vencida por la Luz de la Vida. Junto a Jesús Resucitado, quitemos losas, cortemos ataduras, descorramos cerrojos, abramos puertas a quienes viven marginados, olvidados, oprimidos, en tinieblas y sombra de muerte. ¡Feliz Pascua! En el bautismo fuimos sepultados con Cristo para renacer como criaturas nuevas. Esta noche hemos renovado las promesas bautismales: Renunciar al egoísmo, a la ambición, a creernos mejores que los demás, a no denunciar la injusticia, a no comprometernos con los pobres... Has resucitado, Jesús, Tu amor es más fuerte que la muerte. Venciste a tu muerte y a la nuestra, Jesús Creemos en una vida nueva para siempre. Has abierto de par en par las puertas del futuro, Jesús. Podemos avanzar con esperanza, pase lo que pase. Has

Silencio… calma… espera…

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Hoy solo se oye el grito de silencio de la creación. Se oye porque la tierra, cual gigante pesebre, acoge en su seno a su Señor.  Pero sus entrañas también se estremecen porque presienten que la Vida resurgirá en su esplendor. Sábado Santo. Un tosco y áspero silencio lo cubre todo. No sé por qué, pero hace bien y aunque araña el alma, es necesario. Sienten igual los abandonados por nosotros en las fronteras. Uno queda huérfano, abandonado, expectante. Ante la negación de la muerte, ¿se puede confiar? El silencio, que atruena por dentro, convierte la cabeza en un bosque oscuro y lleno de grillos. Pero, puede concluir con la premura de un segundo de conversión. "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso." Ora. Espera. Presta atención. Llora. Y déjate conmover el alma. Hoy la Palabra ha enmudecido. En lo hondo de cada corazón, el silencio. No perdamos la esperanza. Preparémonos para acoger la promesa de Dios. La noch

Jesús nos amó

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"...Y, sujetando una esponja empapada en vinagre  a una caña de hisopo,  se le acercaron a la boca.  Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: "Está Cumplido".  E, inclinando la cabeza,  entregó el espíritu".   Juan 18,1-19,42 Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo.  ¡Venid a adorarlo! Hoy muere mi Señor, el que ha sido mi horizonte, mi vida, mi amor. Hoy muere mi Señor y mi vida se convierte en una sinrazón. Hoy muere mi Señor y con rabia, impotencia y dolor le llora mi corazón. Viernes Santo. Hoy mejor no soñar, mejor no hablar por hablar. Mejor callar, silenciar y mirar al que traspasaron. Fijar los ojos en el leño, el último lecho de Cristo en la tierra. Y mirarlo, al atardecer, vacío, ensangrentado, clavado entre las basuras, mudo de vergüenza. Jesús Crucificado es la persona ante la cual sólo hay que arrodillarse, pedir perdón, agradecerle por lo que ha hecho por nosotros en el mister