Al cielo
"Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá". (Lc 1,39-56). Son felices los confiados. Sufrimos los escépticos. Agobia y preocupa vivir en la exigencia, el control, el dominar la vida. Disfruta el que acoge la realidad tal y como viene. María nuestra madre, la que escucha la Palabra y la vive, es feliz, dichosa, bienaventurada, no porque su vida estuviera preservada de sufrimiento y tuviera privilegios especiales. María es dichosa y está alegre porque Dios está con ella siempre. Celebramos la coronación de la obra de Dios en María. Dios la ha introducido dentro de su vida, la ha hecho partícipe de su gloria en el cielo, glorificándola. En ella se ha cumplido ya lo que los creyentes en Jesús esperamos alcanzar: la participación en la vida de Dios, la plena comunión con él. “María, asunta al cielo, nos muestra el camino hacia Dios, el camino hacia el cielo, el camino hacia la vida”. San Juan Pablo II “El Poderoso ha hecho o