Vayamos al encuentro del Señor
"¿Qué será este Niño?"
(Lc 1, 57-66)
No es de extrañar que la noticia del Nacimiento de Juan -que precede al de Jesús- esté impregnada en una atmósfera de alegría íntima y serena, de vivir la cercanía de Dios
En vísperas de la Nochebuena, vayamos al encuentro con el
Señor en la oración.
Pongamos ante Él nuestras debilidades, para que nos ayude
a caminar en la Iglesia, con valentía y fidelidad, el camino que nos puede
llevar a la santidad.
El nombre nos da identidad y misión.
Juan, hombre fiel a Dios, respondió con fidelidad a la
llegada del Mesías.
Dichoso quien se abre al don de la fe.
Dichoso quien confía y cree en la promesa.
El Espíritu nos infunde esperanza, alegría, fortaleza, creatividad...
El Espíritu nos infunde esperanza, alegría, fortaleza, creatividad...
Jesús
nace.
Nace el amor.
Navidad es tiempo de alegría íntima y serena.
Es tiempo de vivir la cercanía de Dios con nosotros.
Nace el amor.
Navidad es tiempo de alegría íntima y serena.
Es tiempo de vivir la cercanía de Dios con nosotros.
El Señor descoloca siempre, es tanta la novedad, la
propuesta, la fuerza, el don, el cambio... cuando Él está presente que todo
adquiere una luz diferente, un motivo distinto, una finalidad nueva.
Cuando aceptamos el proyecto de Dios sobre nosotros, nos
invade la verdadera alegría, nuestro corazón se desata y nuestros labios dejan
de murmurar y se abren para alabar y bendecir al Señor.
Los caminos del Señor son misericordia y fidelidad
Sal 24
Sal 24
Como espera el agricultor la lluvia,
como aguardan el día de la libertad
los prisioneros,
yo espero la misericordia de Dios.
Como el exiliado sueña con su casa,
como desean los justos la paz,
así deseo yo la venida de Jesús.
Como buscan cobijo los peregrinos,
como esperan respuesta los discípulos,
así preparo yo a venida del Señor Jesús.
como aguardan el día de la libertad
los prisioneros,
yo espero la misericordia de Dios.
Como el exiliado sueña con su casa,
como desean los justos la paz,
así deseo yo la venida de Jesús.
Como buscan cobijo los peregrinos,
como esperan respuesta los discípulos,
así preparo yo a venida del Señor Jesús.
Ven Señor Jesús, enciende nuestro corazón
con la audacia necesaria
para lanzarnos en el camino fe
teniéndote como única certeza y apoyo
Ven Señor Jesús, quema nuestras inseguridades
para que nos animemos a nombrar
la vida y la historia desde tu palabra renovadora.
Ven Señor Jesús, recrea nuestras certezas
para que no nos acostumbremos a lo que ya está
sino que nos arriesguemos a abrirnos a lo que está por
venir
y allí pongamos nuestros esfuerzos y luchas.
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