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Levántate.

 


«Contigo hablo, niña, levántate».
 
(Mc5,21-43).  

A Dios le pedimos la solución de muchos de nuestros problemas. Y debemos hacerlo. Pero pide también, con insistencia, una fe cada vez más sólida. Sólo así, el Señor renovará nuestra vida.

Dos situaciones de sufrimiento. Dos mujeres. Una niña hija de un jefe de la sinagoga. Está en las últimas. Una mujer que padece flujos de sangre. La vida se escapa. Jesús contiene. La niña se levanta con su voz: Talitha qumi. La mujer es sanada y salvada por la fe.


Aquella mujer, después de haber perdido todos sus bienes en poner fin a su enfermedad, que la consume y la excluye social y religiosamente, encuentra en Jesús la salvación de su situación. Confía en que curará con sólo tocarle el borde del manto. Para Jesús es ejemplo de fe.

«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
Conmigo hablas y me ayudas a levantarme. Cada vez que me caigo, cada pensamiento negativo que se convierte en maltrato a mí o a los demás. Me invitas a mirar las "cosas desde arriba", desde tu perspectiva. Como hace el buen pastor al recoger a la oveja perdida. La cargas sobre tus hombros. Y los ojos de la oveja aprenden a mirar como los ojos del pastor. Nunca dejes que nos quedemos postrados. Levántanos cada día un poco más hacia ti.

TALITA KUM
Ahora. Levántate.
No te dejes morir
en muertes cotidianas
que acallan el verso
que secan el alma
y frenan el paso
hasta dejarte inerte

No mueras en vida,
sepultado por nostalgias,
rendido antes de tiempo,
consumido por dentro.
No permitas que te envenene
el odio, ni dejes
que la amargura –¿o es miedo a vivir?-
haga de tu corazón una losa.

Levántate.
Sostenido por la memoria
de buenos amigos y buenos momentos,
confiado en un hoy grávido de oportunidades
Movido por la esperanza en lo que ha de llegar.

Levántate, agradecido por tanto…
Ama,
descubre los milagros ocultos,
cree,
Y pelea, si hace falta,
la batalla nuestra de cada día.
que eso es ser humano.
Levántate.
Ahora.


@jmolaizola

 


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