Busca la verdad

 


"Que vuestro hablar sea sí, sí, 
no, no." 
(Mt 5,33-37).

No mareemos a los demás con palabrería, intrigas y lisonjas. Jesús una vez más nos invita a la sencillez. Y esta vez hablando de cómo nos relacionamos. Con la sencillez de un niño que responde si o no con sinceridad. Que nuestra vida no juegue al despiste, a la ambigüedad o al misterio. Hay personas enigmáticas a las que es muy difícil descifrar. Muchas personas vivimos la falta de claridad de lo que vivimos y todo se nos hace un lío. Pero a mayor sencillez y claridad al hablar, más paz y calma interior.

El juramento no es necesario cuando la palabra es auténtica, fiel, bien discernida. Decir sí y mantener el compromiso adquirido aunque las circunstancias lo puedan hacer tambalear, es ser personas de palabra, justas, de fiar. Si primero si y luego no, se miente

Si es verdad el dicho de que la boca habla de lo que abunda en el corazón habría que colegir que hay mucho corazón enfermo. Se habla mal: sin respeto, con violencia, con falsedad. Sobran palabreros y faltan hombres de palabra. Sin duda, la mejor palabra es la que está por decir.

Dios es fiel a su palabra. Los gestos sencillos y las palabras de verdad abren el camino al Espíritu. Busca la verdad, corre tras ella y ejercítate cada día en hacérsela llegar a los demás. “El que busca la verdad busca a Dios” (Edith Stein).

En Ti, Dios mío, se mira mi vida. En Ti encuentro el hontanar de la verdad. Tú eres mi camino, tú eres mi verdad, tú eres mi vida. Quiero seguir tus huellas y vivir en la verdad. Quiero vivir en ti y contigo.


 

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