Somos su familia.
Estamos leyendo en el evangelio de estos días que Jesús no deja indiferente ni a propios ni a extraños. A los familiares que lo tomaban por loco, y a los escribas que lo acusaban de estar poseído por el espíritu del Mal. Pero Jesús no se anda con rodeos, la respuesta que hoy da en el evangelio centra su propia misión y la misión de sus seguidores: “la voluntad de Dios”
En esta respuesta de Jesús parece un desplante a su madre pero no lo es. María es quien ha cumplido la voluntad de Dios antes y más que nadie. Por eso ocupará un lugar único en la familia eclesial: es la madre de todos.
Con razón María, la madre de Jesús, es doblemente dichosa: por ser madre y por ser la primera y perfecta discípula que escucha la Palabra y la hace vida en su vida.
El Reino de Dios crea una nueva familia, más fuerte que la
familia de carne y sangre.
Jesús inaugura nuevas relaciones de fraternidad, arraigadas en la vinculación con el Padre común. Así, la nueva familia de los hijos e hijas de Dios, construye la fraternidad universal, no huérfana como la proclamada en la revolución francesa, sino con Padre y Madre que es Dios.
La fraternidad cristiana no se funda en los vínculos de sangre y carne, sino en un espíritu común: hacer la voluntad de Dios.
La familia de Jesús no se reduce a lazos “de sangre”. El vínculo esencial es la voluntad de Dios. Hacer la voluntad de Dios es vivir al estilo de Jesús, con sus conflictos y rechazos. Sin delirios de grandeza ni aplausos. Dejándonos llevar donde Dios quiera
Escuchar su Palabra y hacer 'la voluntad de Dios' es mucho más que cumplir unas normas y pertenecer a un grupo. La relación con Él, la nueva manera de entender la religión es una relación personal y familiar. Seguirle, hacer su voluntad, es ser su familia.
La unidad con Dios está basada en una relación de amor, Dios es amor. Él nos ama y a ello respondemos con amor. Somos su familia.
La comunidad de los creyentes es una gran familia. Estamos unidos por el lazo del bautismo a muchos hombres y mujeres que siguen a Jesús.
La fe es capaz de conseguir una intensidad en las relaciones, que a veces lo biológico no ofrece. Ser familia es estrechar profundamente los afectos y los compromisos. Jesús nos invita a crear una familia más allá de la carne y la sangre. Reconoce la fe como el mejor camino para lograr la comunión. Para entender que podemos ser uno a pesar de las diferencias.
"El que haga la voluntad de Dios". Actúa, piensa y habla para quien esté a tu lado vea, sienta y escuche el mismo rostro de Dios. Sé el evangelio que nuestro mundo necesita tener.
Oremos hoy por la unidad de los Cristianos:
Dios de esperanza, ayúdanos a recordar que estás con nosotros en el sufrimiento. Ayúdanos a encarnar la esperanza entre nosotros cuando la desesperanza venga a habitar sin más remedio en nuestros corazones. Concédenos el don de estar arraigados en tu Espíritu de amor, mientras trabajamos juntos para erradicar toda forma de opresión e injusticia. Concédenos el valor de amar lo que tú amas, a quienes tú amas y como tú amas, y de expresar este amor con nuestras obras. Por Cristo, nuestro Señor. Amén
K Bonito. Me da Fe tengo mucha Fe desde Pequeña Gracia Padre Juan Luis
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