Ir al contenido principal

Locos de amor

 

"Vinieron a llevárselo 
porque se decía que estaba fuera de sí"
(Mc 3,20-21)

Jesús llama la atención siempre. A Jesús va a llevárselo su familia porque se decía que estaba fuera de sí. Unos comentarios que la familia no cuestiona. En el entorno más cercano tenemos el frente más crítico, el que etiqueta y margina, el que silencia y degrada. Jesús tiene locura de amor. Él hacía presente la locura del amor del Padre. Jesús estaba loco de amor. Dichosa locura que tantos Bienes nos trajo.

Haznos locos de amor, como Tú, Señor Jesús.


La vida de Jesús provoca una reacción, ya sea de acogida o de rechazo, pero implica posicionarse. Sus palabras y sus gestos no dejan indiferente. Sin duda que las palabras y los hechos de Jesús resultaban desconcertantes para muchas personas; hasta el punto de intentar persuadirlo su familia para que volviera a su casa. Imaginamos el dolor que pudo sentir el Señor por el intento. Ni los más cercanos le daban crédito.

A Él lo políticamente correcto no le importa, a nosotros como a su familia, a veces, nos importa y acallamos su mensaje, suavizamos su propuesta, porque nos dejará en mal lugar.

 Jesús es el que es, su mensaje es claro, sus gestos hablan y proponen una manera nueva y diferente de ser y estar... no nos avergoncemos de ello, demos testimonio de Él, no lo escondamos. Cuando uno le conoce, entiende que se ha de cambiar de vida. El amor de Dios nos cambia la vida, pero no estamos solos. Él mismo nos da lo necesario para cambiar.

"Quizá a nosotros alguna vez nos digan que no estamos en nuestros cabales, pero para nosotros la única locura que entendemos es 'la locura de la cruz'".

Señor Jesús,
enséñanos a ser generosos,
a servirte como Tú mereces,
a dar sin medida,
a combatir sin temor a las heridas,
a trabajar sin descanso,
sin esperar otra recompensa
que saber que hemos cumplido
tu santa voluntad.

San Ignacio de Loyola

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...