El don Sagrado de la Vida
José toma al niño y a su madre, y se va a Egipto. Herodes quiere matar al niño. Al no conseguirlo, ordena matar a todos los niños menores de dos años. La vulnerabilidad, la inocencia, la dependencia sometida a la mente soberbia. Una realidad que se sigue repitiendo.
La familia de Nazaret se convierte en una familia de refugiados, quieren salvar su vida, buscan al niño para matarlo. Salen corriendo. Buscan un lugar seguro. Se van con lo puesto. No es lo creían pero es lo que deben hacer para salvar la vida. La historia continúa...
Jesús, con sus padres José y María, también tuvieron que emprender el camino de los emigrantes a causa de la persecución de Herodes. Para salvar sus vidas, tuvieron que dejarlo todo y emprender el camino a un lugar seguro. Millones de inocentes tienen que emigrar hoy perseguidos por “ Herodes implacables” como el hambre, la guerra, la pobreza, la inseguridad.
Siempre son injustificadas las guerras, máxime cuando se tiene en cuenta que las víctimas que más sufren son los indefensos e inocentes niños y sus gestantes madres. Despiadados cómo Herodes los ha habido siempre; también en nuestro tiempo se despenaliza la masacre de inocentes.
Cada niño abortado, esclavo, refugiado, abusado, vendido, explotado, excluido, acosado... es un escándalo. No cierres los ojos ante los santos inocentes.
Todos llamados a ser Raquel: a llorar sin consuelo por tantas víctimas que sufren cualquier forma de violencia gratuita.
Santos Inocentes
devastada por sus hijos.
Ahogados en el mar
de la indiferencia
y el abandono
(José María R. Olaizola, SJ)
Toda vida es un proyecto maravilloso de Dios. Cuidemos y preservemos el don Sagrado de la Vida.
Lo fácil es matar, lo difícil es dar vida. Lo fácil es pasar de largo y lo difícil es pararte y ser buen samaritano. Sigue habiendo muchos inocentes que siguen muriendo porque sigue habiendo Herodes insensibles. Nosotros cuando difamamos, cuando criticamos, cuando somos indiferentes, estamos siendo pequeños “Herodes”.
"Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto."
Ante tanto sufrimiento no hagamos oídos sordos y pidamos por las personas responsables de las instituciones que tienen que poner fin a esta transgresión de los derechos fundamentales del ser humano.
Seamos corazón abierto y hogar de acogida para los Santos Inocentes del siglo XXI.
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