Con nosotros
"Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria".
La paradoja de nuestra salvación: en la pequeñez está toda la inmensidad de VIVIR A PLENITUD. Comprender esto, trasciende toda filosofía humana.
Y desde que Dios se ha hecho humanidad es más fácil aprender a vivir. Tenemos verdad, camino, y vida. Tenemos el que nos enseña a desplegar los talentos y las capacidades. Aprendemos de Jesús a mirar la realidad como un don, y a los demás como familia, como algo propio. Ya no hay espacio para el temor, la duda, la tristeza. Seguimos al que expulsa el temor a base de amor.
Es Navidad nace Jesús. La Palabra, la única Palabra de Dios, viene a competir con los miles de millones de palabras que nos ensordecen. En esa Palabra hay vida, vayamos a recibirla. La Palabra, para que no quede duda, se ha hecho hombre, Dios-con-nosotros, para decirnos y proclamar de una manera definitiva y total que Dios nos quiere. ''Dios-con-nosotros' es el 'te quiero' de Dios a cada hombre y mujer de este mundo.
Dios se hace pobre.
Dios se hace humano.
Dios se hace hermano.
Dios nos hace hermanos.
Dios Niño nos regala Amor, Gozo, Paz, Fraternidad.
Abramos el corazón para recibir tanta gracia.
Hoy toca alegrarse, ha nacido el Niño.
¡Feliz Navidad!
Vino para quedarse
Vino para quedarse, habitar entre nosotros.
Bautizarse, peregrinar, pasar hambre y hasta ser tentado.
Vino para quedarse porque se le ocurrió́ amarnos.
Jugarse por cada uno de nosotros.
Porque se le ocurrió́ cubrir con su sombra a aquella mujer,
guiando en sueños a aquel artesano.
Vino para quedarse, sabiendo que mucho lugar no tenía.
Que hasta nos iba a costar encontrarle su lugar.
Entre ángeles y pastores empezamos a abrir los ojos.
Envuelto en pañales lo encontraron los magos,
cuando la estrella se detuvo en aquel corral
convertido ahora de excluido hogar en Tienda de Encuentro.
Pesebre donde falta de todo, pero sobra amor.
Y vio Dios que era bueno, y también lloró y se quedó́.
(Marcos Alemán, sj)
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