Nunca más miedos
El Verbo se hizo carne. El que existía desde el principio, se hizo niño. El que estaba junto a Dios, habitó entre nosotros. El Verbo que era Dios, hemos podido contemplarlo. El que por medio de él se hizo todo, se ha dejado hacer en pobreza y vulnerabilidad.
La Navidad es fuente de la que brotan las mayores gracias; por ejemplo, genera hijos de Dios. Muchos no le recibieron, pero si se le acoge en el corazón da poder de ser hijo de Dios. Esa es la mayor dignidad que puede alcanzar un ser humano. Pero todo se vuelve falso sin Dios.
Nunca más oscuridad, es la Luz. Nunca más incertidumbre, confiamos en Él. Nunca más miedos, Él es la Luz que los quita y acrecienta la fe. Nunca más esconderse, preparados para ser testigos de la Luz.
"Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho."
Pues se acaba el año, y da mucha paz saber que nada de lo vivido ha sido sin Dios. Tenemos al Dios que se ha hecho historia. Que nos ha acompañado todos los días. Los de alegría y los de lágrimas. En abrazos y despedidas. Cuando hemos acertado y en cada error. Un año más regalado, asombroso, con tantos momentos inolvidables. Sólo podemos estar agradecidos y confiados.
Un año que se acaba y un año a punto de comenzar. En todo tiempo Jesús nos regala la vida en plenitud. Ser hijo de Dios es saber que somos de su familia y que estamos invitados a vivir con Él en su casa y que todo lo que es de Él, es nuestro. Ser hijo de Dios es vivir y poner en práctica lo que Dios es: Amor.
Bendición
Que el Señor ilumine
tus sombras,
aclare tus dudas,
guíe tus búsquedas,
señale siempre al horizonte
y lo renueve día a día
con cada amanecer.
Que siembre en tu corazón
preguntas que te mantengan vivo
deseos que te pongan en marcha
ilusiones que te den fuerza
y ánimo que te impulse a seguir.
Pero, sobre todo
que te dé la confianza
de saber que no caminas solo y sin rumbo
sino que vas con Él y hacia Él.
Óscar Cala SJ
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