Renovar
Es una de las claves de la espera, la renovación. Renovar significa remover, cambiar lo viejo, elegir lo nuevo. Estamos hablando de renovar actitudes, de cambiar maneras de mirar, pensar, hacer y estar.
Los discípulos le trasladan a Jesús una afirmación de los letrados. Él la confirma pero añade que ya ha venido para renovarlo todo y no le hicieron caso ni lo reconocieron. Es difícil acoger el paso de Dios en nuestra historia cuando vivimos aferrados a unas ideas rígidas, unas creencias huecas, una vida cómoda. El resultado es el padecimiento. El profetismo es una llamada a la flexibilidad, a lo fundamental y a la desinstalación. Pasará lo mismo con el Hijo del hombre: tampoco lo reconocerán ni escucharán su mensaje, y padecerá mucho.
Multitud de señales nos muestran la cercanía del Señor que está llegando. Y una multitud de distracciones que nos hacen parecer sordos a su llamada. ¡Aprendamos a escuchar!
¡Viene en nuestra búsqueda, nos da señales!, encendamos nuestras lámparas de fe, si le reconocemos, entrará y cenará con nosotros.
–Jesucristo, Palabra del Padre,
Luz eterna de todo creyente:
Ven y escucha la súplica ardiente,
Ven, Señor, porque ya se hace tarde.
–Cuando el mundo dormía en tinieblas,
En tu amor tú quisiste ayudarlo
Y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.
–Ya madura la historia en promesas,
Sólo anhela tu pronto regreso;
Si el silencio madura la espera,
El amor no soporta el silencio.
–Con María, la Iglesia te aguarda
Con anhelos de esposa y de madre
Y reúne a sus hijos fieles,
Para juntos poder esperarte.
–Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
Que podamos salir a tu encuentro
Y a tu lado vivamos por siempre,
Dando gracias al Padre en el reino.
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