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Necesitados de misericordia

 


"El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido" 
(Lc 18, 9-14)

“La esencia del cristianismo es reconocerse necesitado de la misericordia de nuestro Padre Dios”. (Francisco)

Mira tu corazón, no el del otro, y ponlo en sintonía con Dios
El pecador que reconoce su estado es amado por Dios y tiene todas sus ventajas. Por el contrario, el orgulloso que se cree justo, se equivoca...


Quedarse atrás en el anonimato. No levantar los ojos al cielo, porque el listón de la bondad queda alto. Golpearse el pecho arrepentido. Rezar pidiendo compasión porque no se considera mejor que los demás. Grandes lecciones de quien no es
 
La verdadera humildad es la principal de todas las virtudes. Prueba a ponerla en práctica en tu día a día. ¿Qué prefieres ser: el que todo lo sabe y está por encima de todos, o el que vive para servir a los demás?

Reconocer nuestra pobreza, nuestra debilidad, nuestro pecado, nuestra pequeñez, nos hace descubrir la grandeza del amor de Dios, su misericordia infinita.
Un corazón quebrantado y humillado, el Padre Dios, no lo desprecia, por el contrario, lo acoge y lo restaura.


"Vengo ante ti mi Señor
reconociendo mi culpa
con la fe puesta en tu amor
que tú me das como a un hijo
Te abro mi corazón
y te ofrezco mi miseria
despojado de mis cosas
quiero llenarme de ti
Que tu Espíritu, Señor
abrase todo mi ser
Hazme dócil a tu voz
Transforma mi vida entera"

Señor, ayúdame a saber reconocer mis pecados, mis miserias.
Que nadie dude de tu amor a pesar de todas las apariencias contrarias.
Jesús, revélate tal como eres, a todos nosotros, pobres pecadores.




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