Mirar hacia arriba


 “El que me envió está conmigo” 
(Jn 8,21-30)

A estas alturas de la Cuaresma también se nos propone redescubrir lo que significa Jesús para nosotros y el sentido de su entrega.
La cruz es muerte pero es también fuente de salud...

Mira siempre hacia arriba.
Contempla a quien va a ser levantado en lo alto de la cruz: será, para nosotros, la gran señal de que Dios nos ama

"No hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el padre me ha enseñado"
Lo que los hijos aprenden de los padres nunca se olvida, por ello nuestro ejemplo tiene que ayudar a construir a la persona desde Aquel de quién nos hemos fiado.

"Yo comunico al mundo lo que he aprendido de él".
Jesús se presenta como testigo veraz del Padre.
No busca su propio interés, éxito o realización.
Vive de reflejar un amor tan grande de parte de Dios, que lo quiere ofrecer gratuitamente a todos.
Esa libertad interior de Cristo, le libera del querer agradar, o buscar la aprobación de otros.



Su propuesta es de Dios, Él es Dios.
Su mensaje es para los hombres, él es hombre y lo hace cercano, posible.
Le escucharon y 'muchos creyeron en Él'.
Nosotros sabemos lo que dice y sabemos lo que hace.
Nosotros también creemos en Él.

Señor, aumenta nuestra fe y humildad para renovar tu presencia salvadora en nosotros, para convertirnos a ti y aceptarte como Señor y Salvador.



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