La sabiduría de la Cruz

 

«Señor, queremos ver a Jesús».
(Jn 12, 20-33).
 

Que Dios ponga su mirada en nuestros ojos para poder contemplarle en cada rostro, cuando todo va bien y en horas bajas, en cada momento que vivimos.

Nuestra vida, nuestras acciones, serán el germen de algo bueno en el futuro, si ponemos verdadero empeño en ello.
¡Crece y germina como una semilla entre los tuyos!
El amor es invisible.
Sólo lo podemos ver en los gestos, los signos y la entrega
de quien nos quiere.
Por eso, en Jesús crucificado podemos percibir el amor insondable de Dios...

“Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto”.

En la vida hay
que saber perder, para ganar.
Si morimos con Cristo, también viviremos, Vida en abundancia con Cristo.
¡Cuaresma es Tiempo de Vivir a Plenitud!

Dar la vida por los otros convierte la muerte en fecunda, no en final vacío sino en principio y posibilidad de todo.
Es el gesto definitivo de Jesús para la humanidad.
Su amor hace fecunda la tierra.
Sigámosle sirviendo, dándonos como Él.
 
Al ser elevado en la cruz, Cristo nos muestra su sabiduría…


Tu sabiduría es sorpresa para el niño,
desafío para el que busca
y promesa para el que sueña.

Tu sabiduría es necia
para quien quiere ser Dios,
pero cierta para quien se sabe
humano,
finito y frágil.

Tu sabiduría es cruz donde se alza
el que ofrece un brazo amigo,
una palabra cierta,
un encuentro liberador.

Tu sabiduría es llave que abre
portones largo tiempo cerrados
y trae a nuestras estancias
un aire de libertad y gozo,
de comunión y fiesta.

Haznos sabios, señor,
con esa sabiduría tuya
de evangelio y reino,
de camino y mesa.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj





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