El gran signo

 


"Aquí hay uno que es más que Jonás".
 
(Lc 11,29-33).

Jonás predicó y todos los habitantes de Nínive le hicieron caso y se arrepintieron. Cambiaron de vida y tuvieron un nuevo futuro.

"Esta generación es una generación perversa. Pide un signo..." Mira el Crucifijo… Sí, parece vencido y fracasado El mundo se fía de los poderosos y millonarios Sin embargo: "Él es más que Jonás" Fíate de Él Los ninivitas se fiaron, y se salvaron

Jesús solicita de su predicación la misma acogida y eficacia. Llama a la generación perversa porque no se conmueven, no se inmutan. Nosotros vemos sangrar a nuestro mundo pero seguimos preocupados solo de lo nuestro. No abrir nuestras vidas a la palabra de Jesús nos impide desplegar las alas que Dios siempre nos ha regalado.

«Esta generación es una generación perversa» Cuando la sociedad ha establecido que lo correcto es lo que hace la mayoría y el que no vive así está contra ellos. Es el momento de ser coherentes, vivir con valores, tener en nuestra vida el testimonio de la verdad y esperanza.

El signo de Jonás es el de renacer, el de volver al plan de Dios, el de lograr lo imposible, el de perder para ganarlo. Es, en definitiva, el anticipo de la entrega del Señor por nuestra salvación. El vientre del cetáceo y el Sepulcro del Señor se abren una vida nueva, resucitada

Las palabras de Jesús, toda lo que hizo en la vida, fue para ayudar, para dar luz ante los interrogantes más fuertes de los hombres… y éstos le rechazan


 El gran signo del Reino es Jesús y su enseñanza. Dios nos revela en Él su rostro lleno de amor y de sabiduría. No busques en lo maravilloso la presencia de Dios. Escucha su Palabra, amásala en tu interior y conviértete a Él.

 

 

Espíritu de Amor,
abre mi mente a tu Sabiduría,
para que tu Palabra entre en mi vida y la transforme.

No hay otro signo, Jesús es definitivo, revelación plena y completa, un 'te quiero' de Dios para toda la humanidad. No necesitamos nada más, solo enamorarnos de Él y vivir su Evangelio. Es sencillo saber qué hacer, pero es complicado hacerlo. Respondamos. Jesús es el signo definitivo, sólo falta nuestra decisión, nuestra confianza y responder con la vida entregada.

Señor, mientras la gente sencilla se apiña a tu alrededor sedienta de tu palabra, adviertes la presencia de algunos menos sencillos. 
Déjame que me una a los pequeños, 
y escuche o lea con gozo tu Palabra. 
Espíritu de Amor, abre mi mente a tu Sabiduría, 
para que tu Palabra entre en mi vida y la transforme.   
Señor, ayúdanos a reconocer todo lo que has hecho por nosotros, a fiarnos de ti y de tu Palabra, cada día un poco más,  
para que nuestras miserias no ahoguen el deseo de plenitud 
que ha puesto en nosotros 
y tu amor nos convierta a una vida más entregada y feliz.  
 Estamos en camino, Señor, y contigo podemos avanzar

 

 

 

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