Dar

 


"A Dios lo que es de Dios."
 (Mt 22,15-21).

La pregunta comprometida a Jesús obtiene una respuesta contundente. Los impuestos son lícitos en sociedad donde vivimos. El reconocimiento de Dios es una realidad superior que no excluye la justicia social sino que la desarrolla desde la fraternidad

Parece que estuviéramos empeñados en reconocer que a Dios no le debemos nada. Pero la verdad se abre camino. Algún día todos descubriremos que todo es de Dios: nuestra vida, nuestro tiempo, el presente, y el futuro, todo está en sus manos. Todo se lo debemos a Dios.


“A Dios lo que es de Dios".
A Dios...la vida que nos lo ha regalado, que es un don. A Dios... el amor, Él es amor. A Dios el cuidado del hermano, creados para ser constructores de un mundo más fraterno, un nuevo orden de relaciones entre nosotros. A Dios la alegría de sabernos queridos por Él, amados, cuidados y llevados de la mano eternamente.

 Dar a Dios lo que es de Dios. Darse totalmente por amor como Jesús hizo. Este es el camino que para construir una sociedad más justa, solidaria, fraterna.


Dios viene a nuestro encuentro, nos llama, y nos revela los misterios de su Corazón, para hacernos mensajeros de su salvación.

Que la Virgen María nos ayude a vivir siempre en conformidad con la imagen de Dios que llevamos en nosotros, dentro, dando también nuestra contribución a la construcción de la ciudad terrenal


Hoy celebramos el Domund, la fiesta de la Iglesia misionera. Los que mostramos el camino de Dios, más que con las palabras con la vida La misión es ser amor de verdad para las personas con las que nos relacionamos a lo largo de la vida Agradezcamos a tantos que a lo largo de nuestro camino han prestado sus vidas para que entendiéramos lo amados que somos. ¡Gracias, Señor, por nuestros misioneros! Corazones ardientes pies en camino. ¡Feliz Domingo del Domund!

Dios Padre Bueno y Misericordioso,
te damos Gracias porque Tú nos enseñas hoy
que lo más importante para nosotros
es reconocerte a Ti como único Señor nuestro,
pues sólo Tú das sentido verdadero a nuestra vida.
Gracias, Padre nuestro, porque Tú nos enseñas
a dedicarnos a las cosas de tu Reino de Vida,
y también a ocuparnos de cuidar a los débiles,
los indefensos, los marginados y los necesitados.
Gracias, Dios Padre Bueno, por tu Presencia
en medio de nuestra vida cotidiana de cada día,
y por todos los dones que Tú nos regalas.
Ten Misericordia de nosotros, y ayúdanos Tú 
a hacer un buen uso de nuestros bienes materiales,
compartiendo siempre lo nuestro con cada hermano.
Ayúdanos también a hacer un buen uso de la política
para buscar siempre el bienestar social de todos,
y trabajar en la búsqueda de la justicia y la paz,
para poder disfrutar de un bien común, para todos.
Te pedimos, Dios Padre nuestro, que nos ayudes
a ser cada día instrumentos de tu Misericordia,
en medio del mundo, y en nuestra sociedad.
Te pedimos hoy especialmente para que Tú cuides
a todos los misioneros que predican cada día
la alegría de tu Evangelio por todos los países.
Haz que nosotros seamos generosos para ayudar
y para colaborar siempre en la Evangelización.
¡Ten Misericordia de nosotros y ayudarnos cada día
a recordar siempre que sólo Tú eres nuestro Dios!
Amén.


 

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