“Sólo una cosa es necesaria”
Aprender a leer los acontecimientos. Descubrir brotes de vida que llegan. Ser sabios sin conocimientos. Reconocer su paso en esta tierra. Abrirnos al don que nos trae. Dejarnos conquistar por su promesa. Agarrarnos fuerte a su palabra y ser fieles en la espera.
Dios nunca ha dejado de cumplir su palabra y esa es una de las seguridades de nuestra esperanza. Todo pasará, pero tu Palabra, Señor Jesús, nunca pasará. Sabemos que "está cerca el Reino De Dios" porque ya tenemos las primicias del Espíritu, pero aún anhelamos esa manifestación gloriosa de la presencia de Dios. Vivamos con alegría nuestra condición de discípulos contribuyendo a la edificación del Reino de Dios en medio de nuestra sociedad.
Confesamos, Señor,
que nos hemos preocupado,
por las muchas demandas que
esta vida tiene.
Que nos hemos afanado
por buscar la comodidad
que la sociedad ofrece,
que nos enredamos en
competencias desleales,
anulando la vida de otros y otras
sin importarnos su dolor.
Que el activismo nos ha aturdido
de tal manera que
hemos perdido la bendición de tu presencia.
Ayúdanos a ver que
“sólo una cosa es necesaria”
y esa es tu Presencia,
que nos consuela, inspira y
compromete a trabajar por tu reino.
fortalece nuestra decisión
de caminar contigo,
y la seguridad de que nada ni nadie
nos apartará de tu lado. AMEN
Elizabeth Hernández Carrillo
"El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán." Da mucha seguridad transitar por lo efímero y caduco sabiendo que nuestro corazón está anclado a lo eterno. El amor no pasa jamás. Nunca el tiempo es perdido cuando hacemos de nuestra vida una entrega y una presencia que cuida. Ya hemos vivido el paso por nuestras vidas personas que nos visitan, pero no se quedan. Dios sí se queda y permanece para siempre.
No sabemos ni el día, ni la hora de los acontecimientos que ocurrirán al final de los tiempos. Jesús nos invita a confiar en su Palabra, viva y eficaz, que permanecerá siempre: antes, durante y después de los signos que anuncian el fin. Fíjate en lo que te sucede cada día y descubre en los acontecimientos, grandes o pequeños, la presencia del Reino de Dios, que te invita a vivirlo todo con esperanza.
Los tiempos van muy rápidos, enseguida las cosas se hacen viejas, caducan, Él está siempre, su Palabra siempre es nueva, siempre tiene un sentido nuevo, diferente y de plenitud. Todo pasará pero Él no, Él permanece.
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