Ir al contenido principal

Sigue llamando




«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres» 
(Mc 1,14-20).  

Comienza el Tiempo Ordinario con una invitación a soltar amarras:
Rema mar adentro, deja tus redes y sígueme.
No tengas miedo de cruzar al otro lado del mar.

Jesús llama a algunos para que vayan con Él, participen de su intimidad y colaboren con Él en las tareas del reino.
Discípulos misioneros que acompañan, sirven, escuchan, a Aquel que lleva por los caminos la Misericordia de Dios para todos.
No te sientas solo.
Jesús camina a tu lado, te acompaña.
Mírale y déjate mirar por Él.
Deja las redes que te impiden ser libre.

El seguimiento del Señor nos exige abandonar nuestras "redes" ideológicas o afectivas, que nos condicionan y nos impiden ser verdaderamente libres para amar.

Poco a poco percibirás cómo el Espíritu Santo te va recreando y te va naciendo por dentro la ternura.  

Entro en tu intimidad, Jesús.
Participo de tus sentimientos.
Reconozco en tu rostro la misericordia del Padre.  

Jesús nos llama a seguirle, a caminar con Él, a pasar por la vida haciendo el bien.
Lo hacemos en comunidad, como personas frágiles y vulnerables, al igual que los primeros discípulos.
Pero Jesús nos sostiene.
Él es Señor de la historia.

Jesús nos invita a la conversión a creer en Él y luego nos llama a seguirle, a ir en pos de Él.
Somos sus seguidores y nuestra Misión, es dar a conocer la Buena Noticia el Evangelio.
No hace falta hacer grandes cosas simplemente ahí donde estemos faenar junto a Jesús, haciendo de lo pequeño de cada día una alabanza a nuestro Dios, para su gloria y para la salvación de la humanidad.

Seamos buena tierra donde la semilla de la Palabra pueda dar fruto.
Limpiemos de piedras y malas hierbas el corazón.
Dejemos que el Evangelio vaya calando en nosotros poco a poco.
Llevemos a todos, con nuestra vida, el amor de Dios.
Seamos tierra de misión.

El seguimiento de Cristo es don y tarea, pero nunca será fecundo si caminamos sin la luz de su Madre, María…
Acompáñanos Madre.

Madre de la disponibilidad al seguimiento, María, intercede por nosotros, para que escuchando su llamada le sigamos en una continua conversión, creyendo en Él, Evangelio Viviente.

LLAMADAS
Llamadas que seducen.
Llamadas que invitan.
Llamadas que interrogan.
Llamadas.
Tus llamadas.
Llamadas que urgen.
Llamadas que subyugan.
Llamadas que enamoran.
Llamadas.
Tus llamadas.

Señor Jesús, Tú me llamas, como llamaste a Simón, Andrés, Santiago y Juan, cuando estaban trabajando en sus barcas.
Y yo quiero responderte como ellos, sin excusas, sin dejarlo para mañana, con prontitud, inmediatamente.
Quiero responder a tus llamadas, a las llamadas de la conciencia y del corazón, a las llamadas de los más cercanos y de los más pobres. 

Señor, tu cercanía, tu amor, tus palabras cambiaron radicalmente la vida de aquellos primeros discípulos.
Ayúdame a estar cerca de ti, a acoger tu Palabra y tu amor, para que mi vida cambie, como se transforma el barro en manos del alfarero. 

Señor, Tú hiciste y haces de tus discípulos pescadores de hombres.
Qué mis palabras y nuestros compromisos, nuestra alegría y nuestra esperanza anuncien a todos que Tú, Jesús, eres el Amor que siempre nos acompaña y nos salva y el Camino que nos conduce a la Felicidad más grande.


Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

"Señor, enséñame a orar"

“Cuando oréis decid: “Padre”  (Lc 11,2).    Los discípulos fascinados por las palabras y gestos de Jesús se preguntan: ¿De dónde le nace tanta vida al Maestro? Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva en el interior, que les enseñe a orar, que les revele “eso” que le lleva a entregar la vida, gratuitamente, por los caminos.   Acoge en silencio profundo la palabra más bella, más entrañable y más nueva que Jesús lleva en su corazón: ¡Abba!   ¿Cuántas veces has dejado de orar? Por dejadez, desánimo...hay mil causas. El Padre es bueno, te espera paciente y sabe que en el fondo de tu corazón anhelas estar cerca de Él. Dile confiado: "Señor, enséñame a orar" En este mundo a veces tan chato y funesto donde pareces no estar, Señor, enséñanos a orar.  Sí, enséñanos a orar, a tener claro y a recordar que somos tuyos y no nuestros. Orar es conectar con la raíz del ser; es entrar en la onda del Padre, sin...

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015