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El vino nuevo



'El esposo está con ellos'. Mc 2,18-22.

Jesús, siendo Hijo, aprendió sufriendo a obedecer...
Su alimento era cumplir la voluntad del Padre... (Hb 5,1-10)
La obediencia a los planes de Dios, nos fortalece, nos hace entrar en su dinámica y nos acerca hacia la meta: la plenitud de lo que somos.

Jesús se presenta aquí como el "novio" de las nupcias prometidas de Dios con su pueblo, introduciendo así misteriosamente su existencia, El mismo, en el misterio de Dios.



En Jesús, de manera insospechada, Dios y el hombre se hacen uno, se celebran las "bodas", las cuales, sin embargo –y esto es lo que Jesús subraya en su respuesta–, pasan por la cruz, por el momento en que el novio "será arrebatado".

La inercia nos lleva a la deriva, la resistencia al cambio nos paraliza.
Frente a eso, Jesús nos invita a romper esquemas, a dejarnos llevar por el soplo del Espíritu, a comenzar sin miedo, algo mejor, algo nuevo.

Renovarse o morir.
En todos los ámbitos de la vida: personal, familiar, laboral, eclesial…
El inmovilismo y la falta de adaptación a las nuevas circunstancias es letal para cualquier persona y sociedad.

Lo de Dios es absolutamente sorprendente y gratuito.
No se mezcla con nada que esté tocado por la sombra del individualismo o la codicia conscientes.
Viene a nosotros si estamos desinhibidos y distendidos, sólo guiados por la necesidad o el anhelo de Amor.
Y así, Dios se da.

El amor de Dios es el Vino nuevo y mejor, que requiere corazones nuevos, recreados por la gracia, para poder acogerlo y llevarlo al mundo.

Enséñanos, Madre, a renovar, día a día la alegría de nuestros esponsales con el Buen Jesús, el Esposo. 
Ser cada día odre nuevo para el Vino Nuevo, el Espíritu.

María sabe como reparar nuestras almas desgarradas.

Usa nuestros ayunos y nuestros sacrificios para hilar más fino.

Nuestra fe cristiana no es estómago vacío.
Nuestra fe cristiana no es morirnos de hambre.
Nuestra fe cristiana es fiesta.
Nuestra fe cristiana es alegría.
Nuestra fe cristiana es boda.
Nuestra fe cristiana es pascua.
Nuestra fe cristiana es amor.
Nuestra fe cristiana es dar la vida por los demás.





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