Apuesta por la vida
“Levántate y ponte ahí en medio”
(Mc 3,1-6)
“¿Qué está permitido en sábado? ”
Cuando todos los días de la semana son un sábado
esperando el Domingo el sábado es reto para salvar sin miedos.
El brazo paralizado es la imagen de nuestras obras
muertas o estériles, de nuestra incapacidad de amar.
Acudamos a Él, que extendió sus manos para curarnos.
Una religión que ni siquiera es capaz de liberar
verdaderamente al hombre paralizado por sus temores y sus decaimiento, tiene
los días contados.
La religión cristiana siempre apuesta por la vida y la
dignidad de la persona.
Renunciamos a la religión del amor y de la libertad y
caemos en la “religión de la moda y la religión de lo que hacen todos” que
termina haciéndonos a todos esclavos.
Una religión que no nos hace libres no puede ser la religión de Dios.
Una religión que no nos deja pensar no es la religión de Dios.
Una religión que está al “acecho de lo que decimos o hacemos” ¿será la religión que Dios nos anunció en Jesús?
Una religión de la autoridad de la ley ¿será la religión que vivió Jesús?
Yo seguiré prefiriendo:
La religión cuyo primer mandamiento es amar a Dios de todo corazón.
La religión cuyo segundo mandamiento es igual al primero: amar al prójimo como Él lo ama.
Por más que “planeen acabar conmigo”.
Una religión que no nos hace libres no puede ser la religión de Dios.
Una religión que no nos deja pensar no es la religión de Dios.
Una religión que está al “acecho de lo que decimos o hacemos” ¿será la religión que Dios nos anunció en Jesús?
Una religión de la autoridad de la ley ¿será la religión que vivió Jesús?
Yo seguiré prefiriendo:
La religión cuyo primer mandamiento es amar a Dios de todo corazón.
La religión cuyo segundo mandamiento es igual al primero: amar al prójimo como Él lo ama.
Por más que “planeen acabar conmigo”.
Madre de los que sufren, quítanos el miedo a la novedad
del Reino, hijos tuyos valientes para acercarnos al sufrimiento humano,
sensibles, como tú, a la dignidad de todos nuestros hermanos.
Cuando nosotros respondemos con dureza, María nos
extiende su Inmaculado Corazón para que reaccionemos ante la gloria de Dios.
Señor, ¡que nunca
me canse de hacer el bien!
Hazme comprender
que mi misión se resume en vivir de amor mediante la práctica auténtica y
generosa de la caridad.
Despertad, abrid los ojos,
se acerca vuestra liberación.
Despertad, abrid bien los ojos.
Despertad de los sueños y
abrid los ojos hacia el futuro.
Despertad y dejaos mirar por unos ojos
que ven en ti mucho más dentro de lo que ven los demás
y de lo que nosotros vemos de nosotros mismos.
Despierta y déjate mirar por alguien
que no se fija en nuestros defectos
ni en nuestras incapacidades.
Abre los ojos y déjate mirar por este niño
que ve todas las posibilidades escondidas en nosotros.
ÉL las ha puesto en cada uno, en cada una.
Despertad y abrid unos ojos capaces de transmitir
que el cambio es posible,
e incapaces de condenar,
de reprochar y de acusar.
Desertad, abrid los ojos
tentados de poseer, de juzgar y saber.
Quitad las escamas y las legañas de las desconfianzas
los recelos y las sospechas,
los temores y las suspicacias
Despertad abrid los ojos.
Se acerca vuestra salvación, aquí ya en esta tierra
poblada de aullidos, de guerras, de integrismos y suicidios.
Despertad abrid los ojos
como lugar de admiración
de ternura, de compasión,
de disculpa, de comprensión,
de compasión y no como lugares de negatividad, dureza, posesión,
superficialidad, indiferencia y prejuicios.
Se acerca vuestra salvación,
está aquí ya, entre nosotros.
La salvación es posible, es real.
aquí en esta tierra,
en tu corazón. Amén.
se acerca vuestra liberación.
Despertad, abrid bien los ojos.
Despertad de los sueños y
abrid los ojos hacia el futuro.
Despertad y dejaos mirar por unos ojos
que ven en ti mucho más dentro de lo que ven los demás
y de lo que nosotros vemos de nosotros mismos.
Despierta y déjate mirar por alguien
que no se fija en nuestros defectos
ni en nuestras incapacidades.
Abre los ojos y déjate mirar por este niño
que ve todas las posibilidades escondidas en nosotros.
ÉL las ha puesto en cada uno, en cada una.
Despertad y abrid unos ojos capaces de transmitir
que el cambio es posible,
e incapaces de condenar,
de reprochar y de acusar.
Desertad, abrid los ojos
tentados de poseer, de juzgar y saber.
Quitad las escamas y las legañas de las desconfianzas
los recelos y las sospechas,
los temores y las suspicacias
Despertad abrid los ojos.
Se acerca vuestra salvación, aquí ya en esta tierra
poblada de aullidos, de guerras, de integrismos y suicidios.
Despertad abrid los ojos
como lugar de admiración
de ternura, de compasión,
de disculpa, de comprensión,
de compasión y no como lugares de negatividad, dureza, posesión,
superficialidad, indiferencia y prejuicios.
Se acerca vuestra salvación,
está aquí ya, entre nosotros.
La salvación es posible, es real.
aquí en esta tierra,
en tu corazón. Amén.
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