El amor de Dios nos libera



“El sábado se hizo para el hombre 
y no el hombre para el sábado” 
(Mc 2, 23-28).  

Jesús educa para el amor auténtico como "samaritano de la humanidad herida"...

Me seduce la libertad con la que actuaba Jesús.
Desde el amor al prójimo, empezando por los más pobres, los más pequeños y vulnerables, desataba todos los nudos, quitaba cadenas, abría cepos...
No hay ley, norma, juicio, que Él no pase por el filtro del amor.

Jesús antepone las personas sobre las normas.
Las reglas o costumbres, incluidas las religiosas, no pueden estar por encima ni oprimir a hombres y mujeres.
El Amor de Dios nos libera de ataduras.


A veces me pregunto si de verdad sirve de algo mantener en el tiempo un compromiso sencillo, hecho como una ofrenda, por amor.
Y veo que la fidelidad de Dios está pidiendo la fidelidad del hombre.
Y que si no se es fiel en lo poco, es difícil serlo en algo más.

¿Cuántos “sábados” nos inventamos para dominar, controlar, aislar, marginar, y dejar en la cuneta de la vida a quiénes no satisfacen nuestras ansias de poder, tener o querer?

Para una reflexión profunda sin mirar para otro lado.

Los mandamientos divinos están al servicio del hombre, redimido por Cristo, para ayudarle a ser verdaderamente libre y a crecer en la Vida nueva recibida en el Bautismo.

Cuando se avanza en la vida espiritual guía el Espíritu, quien da una luz que está muy por encima de las normas


Ayúdame, Señor, a ser sincero en tu seguimiento.
Cuántas veces el respeto humano me puede hacer callar mi condición de cristiano; por eso he de mantenerme cerca de Ti, para tener las fuerzas de vivir de cara a Ti, sin temer ir contra corriente.

¿Quién podrá apartarnos?
¿Quién podrá apartarnos
de «la vida verdadera»?

¿Sera? mi ambigüedad
que quiere gobernarme
desde las hambres oscuras
de mi yo clandestino?

¿Sera? el quebranto
que rompe de repente
mi salud y mi proyecto
contagiando incertidumbre?

¿Sera? la seducción
que brilla como ángel
en el Olimpo estelar
de los famosos?

¿Sera? el rumor
que sentencia y descalifica
la audacia del amor
liberado de las modas?

¿Sera? el poder
que no ha previsto en sus leyes
la novedad de Dios
que sorprende los programas?

¡Nada nos apartara?
del Amor que se regala!


(Benjamín G. Buelta, sj)


Señor, Tú nos ofreces tu palabra y tu ley,
para compartir con nosotros tu sabiduría,
para conducirnos por el camino de bien,
para construir la concordia y la paz,
para ayudarnos a encontrarnos contigo.

No permitas que utilicemos la ley para condenar,
para someter a las personas más débiles,
para defender los intereses de los poderosos,
para justificar injusticias y atropellos,
para convertirla en un ídolo sin corazón.

Señor, danos sabiduría para comprender tu ley,
confianza y voluntad para aceptarla y cumplirla
y acierto para mostrarla a los demás como camino de vida.


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