Dios sorprende
“¡ES EL SEÑOR!”
(Juan
21, 1-14)
Cristo ha resucitado y vive en nosotros.
Bendito sea.
Jesús
aparece.
Todos le ven, sólo uno le reconoce.
Era el 'discípulo a quien Jesús
amaba'.
Es el amor el que cambia la mirada y convierte un encuentro en algo
más.
Ese discípulo pronuncia una profesión de fe: 'Es el Señor'
Cristo
resucitado siempre nos precede y, por medio de su Palabra y de los Sacramentos,
va transformando nuestra realidad cotidiana –con sus gozos y fatigas– en
historia y en acontecimiento de Salvación.
Por nuestras
fuerzas, méritos y talentos, somos incapaces de conseguir algo.
La red se llena
cuando se echa porque Jesús lo manda.
Sólo en su palabra se alcanza la
plenitud, y la red se llena, y la abundancia se derrama.
“Cuando la llamada de Jesús es la que orienta nuestra vida, el
corazón se rejuvenece. Dios sorprende. Es el Señor de las sorpresas que no sólo invita a sorprenderse
sino a realizar cosas sorprendentes. El Señor llama y, al encontrar a los
discípulos con sus redes vacías, les propone algo insólito: pescar de día, algo
más bien extraño en aquel lago. Les devuelve la confianza poniéndolos en
movimiento y lanzándolos nuevamente a arriesgar, a no dar nada ni,
especialmente, nadie por perdido” (Papa Francisco)
"Dijo Jesús: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis"
En lo más
profundo de mis deseos
esperaba a Alguien con un amor así, Dios mío:
capaz de cambiar las cosas,
de transformar la noche en día,
el hambre en abundancia.
Deseaba creer en un Dios
que hiciera tangible lo que parecía imposible
y que alimentara una esperanza tan grande
que pudiera aniquilar al pesimismo.
Por eso estoy aquí hoy,
para rezar y alabarte,
para darte gracias, Dios mío.
esperaba a Alguien con un amor así, Dios mío:
capaz de cambiar las cosas,
de transformar la noche en día,
el hambre en abundancia.
Deseaba creer en un Dios
que hiciera tangible lo que parecía imposible
y que alimentara una esperanza tan grande
que pudiera aniquilar al pesimismo.
Por eso estoy aquí hoy,
para rezar y alabarte,
para darte gracias, Dios mío.
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