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Abrazar la cruz




El Hijo del hombre va a ser entregado. 
Les daba miedo preguntarle sobre el asunto. 
(Lc 9, 43b-45). 

Jesús, ante unos discípulos que no entendían muy bien sus propuestas y palabras, anuncia el segundo anuncio de la Pasión y el fracaso aparente de su misión

Lo que salva al mundo es la entrega de la vida por amor.

La muerte en la cruz de Cristo está herida de muerte.
Cristo nos enseña a abrazar la cruz y sacar fruto de ella.
¡Gracias, Señor Jesús, porque Tus heridas me han curado!

Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante
de gastarme en tu servicio.

Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar
al paso de los hombres.

Entrega, Señor, entrega
para “dar la vida”
desde la vida,
la de cada día.

Infúndenos, Señor,
el deseo de darnos y entregarnos,
de dejar la vida
en el servicio a los débiles.

Señor, haznos constructores de tu vida,
propagadores de tu reino,
ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres
para llevarles el tesoro
de tu amor que salva.

Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu
para ser conducidos
a dar la vida desde la cruz,
desde la vida que brota
cuando el grano muere en el surco.



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