Confía en el Señor



“Yo os daré palabras y sabiduría 
a las que no podrá 
hacer frente ni contradecir 
ningún adversario vuestro” 
(Lc 21, 15)

Si permanecemos atentos veremos que Dios llena el día de pequeños milagros.
No busques grandes mensajes.
Jesús es esperanza.
Llena tu vida de esperanza y sé su mensajero en tu entorno.
Nunca sucumbas al desánimo.

Ama.
Que hoy tus palabras sólo sean signo de amor al prójimo y alabanza a Dios. 
Sirve a los demás sin pereza, dando lo mejor de ti mismo.
Ilumina a los que te rodean con una sonrisa.
Aprende a compartir el silencio.

Jesús anuncia las persecuciones de la comunidad cristiana y le asegura la protección incesante de Dios, si persevera en su vida y testimonio.
 En los momentos de prueba, persecución, acusaciones falsas, confía tu causa al Señor, verás que el Espíritu Santo pone en tu boca las palabras adecuadas y la fuerza necesaria para afrontar esa situación.

Buen evangelio para pedirte hoy perdón porque es en la dura prueba donde hemos de dar la talla, tu altura y valentía ante la cruz y yo no la estoy dando.

TÚ ESTÁS CONMIGO
En el océano de mi desolación, Tú estás conmigo.
Si el dolor perfora mi corazón, Tú estás conmigo.
Cuando los miedos me hacen parar, Tú estás conmigo.
En caso de que las dudas me hagan temblar, Tú estás conmigo.

En medio de las incomprensiones y persecuciones, el discípulo de Jesús experimenta la asistencia del Espíritu, garantía del amor del Padre, que conduce la historia hacia su plenitud.

María mujer probada en muy duros momentos de cruz.
¡Sé tú nuestro modelo de creyente!


María no necesita hablar para defender su causa, le basta una mirada

Te confío mi vida, con todo el amor de que soy capaz. Dame tu sabiduría para conocer y amar tu voluntad. 

Señor, Jesús, que supiste dar confianza de tu confianza en Dios, especialmente en los momentos de dificultad: en el cansancio de los caminos de Judea, en la predicación estéril a tus propios convecinos, en la asechanza constante de los fariseos, en la angustia y la soledad de huerto de los olivos, en la traición de los amigos, en el camino doloroso y humillante hacia el Gólgota, en la agonía de la muerte, en el sin-sentido, en la oscuridad…

Danos un corazón como el tuyo, confiado y paciente, para que también nosotros seamos capaces de dar testimonio en las dificultades, grandes o pequeñas, que acompañan nuestra vida de discípulos; ayúdanos, Señor, a parecernos a ti, que eres manso y humilde de corazón; enséñanos a ser discípulos, no sólo en la comodidad de los días claros y limpios, sino también en los problemas que nos inquietan cada día; que tu luz brille siempre, Señor, y nos ilumine en todas nuestras oscuridades. Amén. 

(rezandovoy.org).

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