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Morir sólo es morir. Morir se acaba.




“Cada vez que lo hicisteis 
con uno de éstos, 
mis humildes hermanos, 
conmigo lo hicisteis” 
(Mt 25,40). 

Esta excelente respuesta de Jesús identifica el servicio al necesitado con el amor a Cristo. 
Recuerda que la venida de Jesús al final de los tiempos será ante todo un acto de discernimiento, en el que aparecerán las consecuencias de tu comportamiento hacia los hermanos más pequeños.  
¡Si Cristo no hubiese resucitado vana es nuestra fe! 1Cor 15,14.

Jesús le ha quitado a la muerte la última palabra: quien cree en Él será transfigurado por el amor misericordioso del Padre para vivir una vida eterna y feliz.

La Iglesia nos invita hoy al recuerdo (volver a traer al corazón) a la oración, a la acción de gracias a “quienes nos han precedido y duermen ya el sueño de la paz”

Hoy miramos a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, vencedor del pecado y de la muerte, e invocamos su misericordia en favor de todos los 
difuntos, para que, purificados por su amor y libres de todo pecado, gocen para siempre de la Vida eterna.


María morada de Dios en la tierra por la Encarnación.

María moradora de y en Dios en el Cielo.
Aliento de nuestra fe, Cristo Resucitado, aliento para nuestro camino, nuestra verdad y vida.

Al amparo de María se acogen los difuntos.

Recibe sus almas, Mamá, que a tus pies las pongo.

Dios, Padre, de todos los pueblos, en Jesús nos mostraste el Proyecto de Reino:
Tu Reino es Vida, Verdad, Justicia, Paz, Libertad, Gracia y Amor.
¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!   

Y entonces..... vio la luz.
La luz que entraba por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huida
y entendió que la muerte ya no estaba.

Morir sólo es morir. Morir se acaba.

Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.

Acabar de llorar y hacer preguntas;

ver al Amor sin enigmas y espejos;
descansar y vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura.


(José Luis Martín Descalzo)



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