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¡Seamos fieles en lo poco!



“Dios os conoce por dentro” 
(Lc 16,15)

No temas la pobreza.
Mal amigo es el miedo.
Ámala.
Cristo la amó, se despojó y se hizo uno más.
Bésala.
Francisco de Asís la besó y se desposó con ella.
Sanarás.
Carlos Foucauld, los Padres del desierto pobres entre las arenas.
Renacerás.
Romero pobre con los pobres hasta el martirio.

'Yo necesito pocas cosas y las pocas que necesito, las necesito poco'. S. Francisco.
El hombre de hoy:
¡Dinero!
¡Dinero!
¡Poder!
¡Poder!
El cristiano de siempre y de hoy:
¡Dios!
¡Dios!
¡Servir!
¡Servir!
¡Seamos fieles en lo poco!

La fidelidad ve en lo pequeño la oportunidad de alcanzar lo más grande.

Jesús nos describe al hombre religioso como el que es de fiar en lo poco, desprendido de lo material y humilde.
Porque no se puede servir a Dios y al dinero.
Opta por Dios, por la libertad.
No le entregues al Señor un corazón compartido.






SER GENTE DE FIAR
 Ser gente de fiar.
En el trabajo.
Ser gente de fiar.
En el dinero.
Ser gente de fiar.
En la palabra.
Ser gente de fiar.
En la amistad.
Ser gente de fiar.
En un secreto.
Ser gente de fiar.
En la fe.
Ser gente de fiar.
En lo poco.
Ser gente de fiar.
En lo mucho.

Yo sé, Señor que tú me conoces por dentro.
Ayúdame a ser coherente.
Quiero elegirte a Ti.  

Me dicen que triunfe a toda costa,
que pise fuerte, sin vacilar jamás,
mostrando siempre dominio
de las situaciones,
de las gentes,
de mí mismo.

Me dicen que escriba mi nombre
con letras hermosas en tarjeta noble,
que la impresión es lo que cuenta
y hay que lucir estilo,
títulos, rango y riqueza.

Me dicen que me cerciore
de tener todo bien atado,
de asegurar el futuro,
de dominar el presente,
para así vivir al límite.

Pero llegas tú y te ríes de esos consejos,
y me dices que desde arriba
no se ve a las personas,
que escriba mi nombre
en las horas regaladas,
en las puertas abiertas de mi vida,
en las manos ofrecidas
para apoyar al próximo.

Llegas tú y descolocas mi orden,
y me dices que salte al vacío.
Y me recuerdas que es en los sencillos,
los mansos, los pequeños y los pobres


José María Rodríguez Olaizola, sj



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