Sin ti, Señor, no podemos hacer nada





“Yo soy la vid y vosotros los sarmientos.  Permaneced en mí y yo en vosotros".  
(Jn 15,1-8)

No permitas que nada ni nadie nos separe de ti.
“Permaneced en mí y yo en vosotros.”
Y si no es así, ¿dónde iremos?
Y si no es así, ¿qué haremos?
Y si no es así, ¿cómo podremos vivir?
Y si no es así, ¿cuánto podremos resistir?
Y si no es así, ¿qué sentido tiene todo?

Y si no es así, ¿cómo cantar en tu tono?



Te damos Gracias, Dios Padre Bueno y Misericordioso,
porque tu Amor no tiene límites y permaneces siempre.
Gracias porque Tú nos amas y deseas estar cercano a nosotros
para que permanezcamos unidos a Ti a través de tu Hijo Jesucristo,
Resucitado, Portador de Vida que alienta nuestra alma, nos guía,
fortalece nuestra fe y llena nuestro corazón de tu Eterna Misericordia,
para que demos frutos buenos y abundantes en medio del mundo
a pesar de nuestras dudas, debilidades y pecados personales.
Gracias por nuestro bautismo, por el que fuimos injertados en Cristo,
Vid Verdadera que nos Alimenta y nos permite permanecer unidos a Ti.
¡Tu Amor y tu Misericordia son más fuertes que todo mal,
Dios nuestro, y quien permanece en Ti recibe Vida y Salvación!
Ten Misericordia de nosotros, Dios Padre nuestro, y ayúdanos Tú
a ser cada día discípulos fieles de tu Hijo Jesucristo Resucitado,
para permanecer siempre unidos a Ti y dar frutos en abundancia.
Haznos Tú ser en nuestra sociedad portadores de vida y esperanza
predicando cada día los valores de la Buena Noticia del Evangelio,
para que todos puedan conocerte y tener Vida abundante en Ti.
Líbranos Tú, Dios Padre Bueno, de todo mal y no permitas jamás
que nada ni nadie nos aparten de Ti ni nos alejen de tu Amor.
Enséñanos a cumplir cada día tu Voluntad y poda de nuestras vidas
todo aquello que nos alejen del Plan Divino que tienes para nosotros,
porque sin Ti nada somos ni nada haremos para mejorar nuestro mundo.
Haz que nuestros hermanos puedan verte, conocerte y reconocerte a través
de las buenas obras que hagamos a los de más, para que todos te amen a Ti.
Haz que nuestras comunidades sean presencia de tu Rostro en este mundo
para que cuando nos vean actuar demos testimonio de ser discípulos tuyos.
Haz Tú que la comunión profunda a Ti a través de tu Palabra y la Eucaristía,

nos hagan permanecer unidos siempre a Ti, a pesar de cualquier dificultad.
¡Sólo Tú, Dios nuestro Misericordioso, tienes y nos entregas Vida Eterna,
y sólo Tú puedes dar sentido a nuestra vida y llenarla de tu Amor!

Amén.






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